Fuga de agua dulce, otro factor para la sequedad en el Chairel

El abatimiento extremo de niveles de agua dulce también se debe a pérdidas a través de redes de flujo de gran parte de márgenes del río Tamesí y barrote del estero Camalote.

Nivel del Chairel a mediados de mayo
Cristina Gómez
Tampico /

La crisis hídrica que impacta la vida de más de 900 mil habitantes del sur de Tamaulipas también tiene su origen en la fuga de agua dulce en el sistema de diques, considera el especialista Refugio Delgado Delgado. Recomienda rehabilitar esa infraestructura, pero también las tuberías de agua potable para mejorar los tandeos a la población.

“Estrictamente por naturaleza, esta crisis detonó por las sequías recurrentes en los últimos ocho años y duración de altas temperaturas, provocando que en 2024 se presentara con mayor intensidad, estratificando la extensión de las 42 mil hectáreas del sistema lagunario”, dijo.

Pero no se debe soslayar, agregó, “que el abatimiento extremo de niveles de agua dulce también se debe a pérdidas a través de redes de flujo de gran parte de márgenes del río Tamesí y barrote del estero Camalote”.

Explicó que estos últimos representan gran parte de los 23 kilómetros de la barrera de contención del embalse de agua dulce, junto con las estructuras de los diques vertedores y compuertas radiales del Canal Americano, Diques 7 y 4, El Bull, Camalote y Mata La Monteada, “donde pueden existir fugas de agua dada su falta de conservación y rehabilitación a conciencia”.

El consultor en temas hídricos, expuso que de enero a abril, el sistema lagunario contundentemente perdió 75 centímetros de nivel de agua, observándose en la primera quincena de mayo que el cauce del Tamesí en el tramo entre la confluencia de El Camalote y Cruz Chica, “disminuyó dramáticamente 10 cm. en 48 horas”.

Descenso que, apuntó Delgado Delgado, impactó directamente en el vaso de captación y bocatoma de la planta potabilizadora Altavista, en donde la escala ha bajado a -0.65 metros.

“Esta definición de la problemática, permite reconocer los esfuerzos que hacen las autoridades y los mismos usuarios para contener la emergencia y dosificar los mínimos escurrimientos a su interior del río Tamesí, en espera del beneficio del trasvase de la zona Mante-Xico”.

Destacó que también se esperan “las benditas lluvias para que respire el embalse”, pero recomienda prepararse para gestionar asertivamente las crecientes del Guayalejo-Tamesí en su llanura de inundación y tránsito por la extensión de las 42 mil hectáreas del sistema y márgenes de las lagunas colindantes con zonas urbanas y residenciales de Altamira y Tampico.

“Igualmente se recomienda que se logre consenso en las alternativas de solución integral para la reconstrucción de las estructuras de los diques vertedores y márgenes de contención del embalse, incluyendo el desazolve estratégico de sus lagunas tanto de margen izquierda en el sur de Tamaulipas como en margen derecha en el norte de Veracruz”.

Además del rescate integral del sistema lagunario, Refugio Delgado propone actuar también en la infraestructura de plantas potabilizadoras, redes de agua potable, de alcantarillado sanitario e inclusive de tratamiento de aguas residuales en Tampico, Madero y Altamira, “ante la evidencia de limitantes de infraestructura para manejar equilibradamente los tandeos hacia la población usuaria”.

Para ello, expresó el experto, se debe contar con tuberías de distribución de agua potable a prueba de fugas, capacidad instalada de regulación puntual en tanques superficiales y elevados, así como en la gran extensión de redes mediante válvulas de control de flujo y presión que permitan balancear los sectores en donde se distribuyen los tandeos.


SJHN

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