La sonrisa de cada niño que atrapa dulces al romper la piñata, la alegría de madres de familia que conviven jugando lotería y se llevan un premio a casa, la tranquilidad de una joven mamá al contar con un pediatra que revise la salud de su bebé, es apenas una parte de lo que viven las comunidades que reciben a los colaboradores de Lala, quienes como si fueran Santa Claus, llegan cada año a zonas marginadas para celebrar su ya tradicional festival navideño.
Navidad en el Campo, fue implementado por Grupo Lala desde hace una década.
Como parte de Fundación Lala es un programa que nace en el corazón de sus colaboradores, quienes aportando tiempo, recursos y adquiriendo ciertos productos, fondean las donaciones que llevan a las comunidades beneficiadas.
Han logrado que 15 proveedores de la empresa se enlazaran con la iniciativa.
Para comprender Navidad en el Campo, hay que vivir su experiencia. Ver llegar -antes de que el sol salga- a colaboradores de Lala de la mano de sus parejas e hijos y, con la mejor actitud sumarse para dar alegría a familias que más lo necesitan.
En los autobuses que les transporta empieza a surgir la magia, todos se colocan la playera conmemorativa y se disponen como equipo a transmitir cariño de Lala.
Al llegar, en menos de 20 minutos todo está organizado.
Los voluntarios han descargado el tráiler con cajas de leche, despensas en contendores, costales con regalos, piñatas, bolos y premios para dinámicas, quienes cortarán cabello tienen ya tijeras en mano, la mesa para jugar lotería está preparada, los médicos listos para atender enfermos, el dispensario de medicamentos acomodado, las pinturas preparadas para dibujar en las caritas de los niños, las bolsas con cepillos de dientes para donar, pero por sobre todo el espíritu para compartir abrazos, juegos y solidaridad.
Este diciembre fueron beneficiadas cinco comunidades de alta marginación del municipio de San Pedro, Coahuila.
Se atendieron a 600 habitantes, y para llevar todo lo necesario participaron internamente unos dos mil colaboradores de Lala, de los cuales más de 200 acudieron al Festival.
“Esta tierra es de gente generosa, trabajadora y así se ha hecho la empresa, por eso, hoy Lala es lo que es. Nos debemos sentir orgullosos de la región a la que pertenecemos y que de ella sale mucho, mucho de lo que se exporta a otros países”, comparte Ivonne Barraza colaboradora de Fundación Lala.
Por su parte Karla Akins, también colaboradora de Fundación Lala, expresa que Navidad en el Campo es el cierre anual del trabajo con comunidades marginadas.
“Tenemos un proyecto llamado ´Superando la Marginación´ que apoya a comunidades en este estado. Es el cierre de un año de trabajo en Fundación”.
Mientras revisa visualmente que todo marche en curso, Karla se emociona al comentar lo gratificante que es ver en Navidad en el Campo la sonrisa de un niño o de una señora.