Mely se fue a Texas hace 37 años y regresa cada Semana Santa a regalar juguetes a niños vulnerables en Gómez Palacio

"Una sonrisa de un niño vale más que un puño de dinero", aseguró.

"Una sonrisa de un niño vale más que un puño de dinero", aseguró.| Rolando Riestra
Gómez Palacio, Durango /

Manuela Pacheco, o mejor conocida entre la familia, amigos y conocidos como Mely, nació en el barrio de Trincheras, en Gómez Palacio, Durango, pero hace alrededor de 37 años se fue a vivir a Estados Unidos  en busca de un mejor futuro, pues desde temprana edad enfrentó una vida con carencias.

Actualmente, radica en Odessa, Texas en donde se encuentra estable económicamente, sin necesidades gracias al fruto de su trabajo y esfuerzo; sin embargo, no olvida a los suyos, a la gente de las calles de esta colonia oficialmente Francisco Zarco que la vio correr y cada año en Semana Santa arriba en su camioneta cargada principalmente de juguetes para los niños del barrio, y uno que otro electrodoméstico y electrónicos para las familias que así lo necesitan, y con esto contribuir a mejorar sus condiciones de vida.

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También Mely, cada año es una de las principales benefactoras para el festival de  la Quema de Judas en Trincheras, así como también de las fiestas de Cristo Rey que se celebran cada noviembre y que es muy venerado en este sector, por eso a lo largo de este tiempo se ha ganado el cariño de los  vecinos.

Ella reconoce que el haber vivido una niñez con carencias de todo tipo, pero sobre todo de juguetes, la ha hecho sensible a los casos difíciles, como de los  pequeños cuyos padres no cuentan con suficientes recursos para comprarles algún regalo, por eso llena su vehículo con patinetas, muñecas, balones, y todo tipo de juegos que previamente le piden a través de sus amigas de la infancia, de siempre, de toda una vida, a quienes considera como sus ángeles como son Delia y Janeth.

Señala que las personas que tienen una situación privilegiada, también podrían donar algo,  aunque sea aportar el 10 por ciento de lo que ganan simplemente para provocar una sonrisa en un niño.

“Yo le doy gracias a Dios porque pone ángeles en mi vida, y hay ángeles que están ayudando”.

“A mí con que me paguen con una sonrisa, con eso me doy bien pagada, porque una sonrisa de un niño vale más que un puño de dinero”, aseguró.



DAED

  • Isis Rábago
  • Desde pequeña reconocí mi vocación en la comunicación, y aunque la vida no ha sido fácil, con necedad, empeño y esfuerzo cursé la Licenciatura de Ciencias de la Información. Como periodista de MILENIO, me aferro a mi convicción y mi compromiso de contribuir por el bien de mi Comarca Lagunera.

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