El 26 de julio de 2021, un total de 21 hombres fueron sometidos por sujetos armados y encapuchados, quienes a su vez realizaron una “cacería” y quema de viviendas y vehículos en la cabecera municipal de Pantelhó, Chiapas, localizado en la región de los Altos.
Además, las 21 personas detenidas fueron exhibidas y amarradas en la plaza central del municipio indígena, sin embargo, esa fue la última vez que sus familiares los vieron, hasta ahora se desconoce de su paradero y tampoco se sabe si están vivos o muertos.
Este escenario fue el parteaguas de la violencia que se ha agudizado en el municipio de Pantheló, debido al surgimiento de dos grupos denominados como autodefensa, se trata de “El Machete” conformado en su mayoría por pobladores indígenas y el segundo el “Ejército Civil Indígena”, vinculado al llamado “narco ayuntamiento”.
Crisis sobre crisis
Desde el 2021, la violencia, las ejecuciones y el desplazamiento forzado se ha incrementado en Pantelhó, pero fue el 16 de abril, de cara al inicio de las campañas electorales, que los dos grupos armados sitiaron la cabecera municipal y generaron una balacera entre ellos, dejando a maestros de al menos diez escuelas y pobladores en medio del enfrentamiento.
Esta violencia provocó el desplazamiento forzado de unos 700 habitantes de las comunidades la Esperanza y el Carmen, quienes obligados por la inseguridad abandonaron sus viviendas y su historia.
Martha es una de las desplazadas de la localidad El Carmen, tiene 45 años y cinco hijos, apenas habla el español y señala que escuchar las detonaciones de armas de fuego les generó miedo e incertidumbre, pues los disparos los despertó y a partir de ahí salvar su vida fue en lo único que deseaban.
“Los disparos empezaron como a las seis de la mañana más o menos, empezaron los disparos de Pantelhó, entonces fue ahí cuando estábamos desayunando, salimos huyendo con los niños, los niños salieron sin zapatos, descalzos, empezamos a correr por los disparos que había, mucho tiroteo en la línea por eso salimos hasta acá en este lugar”, detalla.
La mujer ataviada con el traje tradicional relata que caminaron por varias horas entre las montañas, por el número de pobladores se dividieron en cuatro puntos del municipio vecino de Chenalhó, donde los habitantes son los que les tendieron la mano, los alimentaron y los cobijaron, por ello solicita el apoyo de las autoridades.
“Pedimos a las autoridades ayuda humanitaria, comida, alimentación, cobija y todo lo necesario, porque no podemos salir a conseguir trabajo ni a conseguir comida en otras partes, tenemos miedo, por eso aquí mismo hacemos nuestra comida y aquí dormimos en este mismo lugar”, precisa.
Rosalinda Gómez es otra de los habitantes de la comunidad La Esperanza que vivió de cerca el enfrentamiento entre los dos grupos armados. Explica que los disparos venían del cerro de la comunidad de San José Tercero y ante el miedo de lo sucedido en 2021 en la cabecera municipal de Pantelhó, ella y su familia decidieron huir desde la noche que inició la violencia.
“Se escuchaban que van a venir los asesinos, por eso nos mandaron a salir (…) Los militares no entraron, nada más que no sé qué día llegan los militares, porque no llegan ahora, porque cuando nos dispararon no estaban, por eso tuvimos miedo”, afirma.
Por ahora, la madre de dos hijos resalta que regresar a su casa no está en sus planes, ya que implicaría sobrevivir entre el miedo y la zozobra por la falta de garantías de seguridad, aunque por el momento se refugia en casa de conocidos.
“Estamos en otra casa porque no hay seguridad todavía, no sabemos si va a parar los disparos Me siento mal, estoy triste porque no es igual como que estar en tu casa, nos sentimos abandonados, porque en mi casa se quedó todo, también mis pollitos, todo lo que tenemos”, puntualiza.
Alto a la violencia
Reynaldo Pérez Pérez, defensor de derechos humanos en las comunidades indígenas del estado sureño del país, afirma que este grupo de habitantes se suman a las desplazadas desde 2021, pero todos tienen una coincidencia: huyeron de la violencia generada por la lucha del poder político y social de Pantelhó.
“Estamos viendo lo que está viviendo en el estado de Chiapas. (…) Los pueblos estamos viviendo mucha violencia y que sin duda se agudiza en estos tiempos electorales, eso nos preocupa mucho porque vemos un escenario desolador donde no hay apoyo de las autoridades para generar condiciones de seguridad”, apunta.
Agrega que la disputa del territorio no sólo se trata de un tema político social, sino que además ha comenzado a afectar otras áreas de la salud de la población, quienes lo único que piden es un alto a la violencia.
“Las problemáticas que ha estado pasando en Pantelhó también afecta físicamente, psicológicamente a los habitantes de Chenalhó, detrás de mi están las mujeres, niños y ancianos que están en alta vulnerabilidad y de altas violaciones a los derechos humanos”, afirma.
De acuerdo con especialistas la zona de los Altos se ha distinguido por los problemas políticos- sociales, sin embargo, en los últimos años se han visto influidos por la violencia que también genera el crimen organizado en otras regiones de Chiapas.
ROA