A pedradas, habitantes de Petaquillas, en Guerrero, despidieron al grupo de militares que mantuvieron retenidos por cerca de ocho horas en la parte alta de dicha localidad, luego de que no afianzaron un acuerdo que les permitiera instalar su módulo de vigilancia sobre la carretera federal México-Acapulco.
La retención comenzó poco antes de las 13:00 horas, cuando elementos del Ejército Mexicano y de la Policía del estado fueron interceptado en la parte alta de Petaquillas por un grupo de pobladores que los acusaron de generar miedo entre los vecinos, incluso mencionaron que llegaron a realizar disparos al aire.
Una vez que se dio el reporte de la retención, a la comunidad arribó el director de Gobernación estatal, Francisco Rodríguez Cisneros, acompañado de Raúl Suárez Martínez y Rafael Julián, colaboradores de la Secretaría General de Gobierno.
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Los habitantes estuvieron encabezados por el comisario Efrén Moreno Correa, quien dijo a los enviados del gobierno del estado, que solamente permitirían la salida del personal retenido si se aceptaba la instalación del punto de revisión en la carretera federal, a la altura del fraccionamiento Virreyes.
Ante la respuesta negativa, dijeron que los soldados y policías solamente se retirarían si dejaban sus armas en la comunidad.
En el segundo planteamiento la respuesta siguió siendo negativa, lo que por algunos momentos exacerbo los ánimos de los lugareños.
En un comunicado emitido en el transcurso de la tarde, la Mesa Central para la Construcción de la Paz informó que de toda la población de Petaquillas, solo 150 participaban en la actividad.
Para las 20:00 horas ya se tenía una minuta, aunque alcanzar la firma no fue sencillo.
Los acuerdos
En la minuta que permitió destrabar el conflicto se anotan tres puntos.
El primero consiste en que el coronel que estuvo al mando del recorrido de este martes, Rodrigo Medina Miranda "se compromete a no meterse a la población de Petaquillas y estar coordinado con los comisarios de este mismo lugar, dejando libre para su circulación el corredor Petaquillas-Quechultenango.
En el segundo punto se establece que el mismo coronel acepta la revisión de las unidades bajo su mando por parte de los comisarios de Petaquillas, "para verificar que no lleven ninguna arma decomisada a la población de Petaquillas".
En el tercer punto, el director de Gobernación, Francisco Rodríguez, se comprometió a realizar las gestiones para brindar la seguridad al transporte público en la ruta Chilpancingo-Petaquillas.
Piedras y palos
Una vez con la minuta firmada, el personal retenido, así como la comitiva de funcionarios se alistaron para salir de la localidad y abordaron sus vehículos.
Bajo el puente elevado que se ubica en el acceso principal de la comunidad, elementos de la Policía del Estado, de la Guardia Nacional y de la Marina Armada abordaron sus unidades para regresar a Chilpancingo.
Cuando se retiraban, una turba de habitantes se acercó para gritarles diferentes improperios.
Sin embargo, con las palabras subidas de tono se calentaron los ánimos y luego vinieron las primeras pedradas para después generar un ataque colectivo.
Con dificultades, los operadores de camiones en que se trasladaba el personal policíaco y militar maniobró para alcanzar la carretera nacional, con dirección a Chilpancingo, recibiendo con los escudos una gran cantidad de piedras y palos lanzados por los pobladores.
Aunque se habían quedado atoradas tres unidades de la Guardia Nacional llenas de personal con equipo antimotín, al final se les permitió la retirada.
Con piedras, palos e insultos, la jornada de tensión terminó en la comunidad de Petaquillas, no se reportaron civiles ni elementos de los cuerpos de seguridad lesionados.
SCV