En Guerrero, normalistas queman camiones frente Palacio de Justicia de Iguala

En el lugar se reportan detonaciones e incendio de un camión, así como pintas en las paredes del inmueble.

Los estudiantes lanzaron piedras, petardos y utilizaron dos camiones. | Rogelio Agustín
Tras manifestarse, alrededor de las 18:30 horas, los estudiantes comenzaron a abordar autobuses para retirarse del lugar. | Captura
Rogelio Agustín Esteban
Ciudad de México /

En el cierre de la Jornada Nacional de Lucha en pro de los 43 normalistas de Ayotzinapa, estudiantes de diferentes normales rurales del país realizaron pintas, lanzaron petardos y quemaron dos camiones en los accesos al Palacio de Justicia de Iguala, que desde la mañana del martes se encontraba completamente vacío.

Los integrantes de la Federación de Estudiantes Campesinos, Socialistas de México (FECSM), organizaciones sociales y representantes del magisterio disidente se retiraban de Iguala a bordo de por lo menos 30 autobuses.

Las unidades se detuvieron en la salida hacia Chilpancingo, justo frente al edificio del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), que hasta el momento se había librado de las protestas de la Normal de Ayotzinapa.

Era la despedida de dos semanas de protestas, organizadas en el contexto del octavo aniversario de los ataques perpetrados la noche del 26 de septiembre de 2014.

Por esa razón, en esa última escala los estudiantes realizaron pintas en las paredes del inmueble, reprochando la decisión de destruir los videos captados por sus cámaras de vigilancia, pues en ellas se logró captar el momento en que un grupo de normalistas fue interceptado por policías de Huitzuco y entregados a integrantes de Guerreros Unidos.

Los estudiantes lanzaron piedras, petardos y utilizaron dos camiones, uno de refresco y otro de alimentos chatarra para abrir las puertas de acceso, luego les prendieron fuego para dejarlos envueltos en llamas.

El edificio estaba vacío desde la mañana del martes, porque la protesta de los padres de los 43 y los estudiantes de Ayotzinapa ya estaba programada, por lo menos con dos semanas de anticipación.

La tarde del martes 27, cientos de estudiantes encabezados por los padres de los 43 llegaron a Iguala, ciudad considerada la puerta de entrada a la región norte de Guerrero, provenientes de Tixtla y la Ciudad de México.

Fuero 30 los autobuses que hicieron una primera parada en el Palacio de Justicia, ubicado sobre la entrada que llega de Chilpancingo.

Ahí descendieron realizar una marcha hacia las dos estelas de luz ubicados en la zona industrial, dónde cayeron asesinados Daniel Solís Gallardo y Julio César Ramírez Nava.

Un poco más adelante se encontró el cuerpo sin rostro de Julio César Mondragón, en un hecho adjudicado a presuntos integrantes de Guerreros Unidos.

Dentro de sus discursos, los padres de lo 43 catalogaron como preocupante la renuncia del fiscal del caso Ayotzinapa, Omar Gómez Trejo, y la filtración del expediente reservado sobre la investigación, ya que eso favorece a los perpetradores.

Los padres exhortaron a los habitantes de Iguala a denunciar y revelar aquellos detalles que tengan sobre lo que ocurrió con sus hijos.

Clemente Rodríguez, padre de uno de los estudiantes desaparecidos, condenó que hace ocho años en el mismo municipio, la gente le negara ayuda a su hijo, pues lo dejaron en manos de un grupo de asesinos.

Rodríguez negó que él y sus compañeros del colectivo sean "borregos" y reciban órdenes de líderes o de sus abogados, al tiempo de agradecer el acompañamiento legal brindado por el Centro de Derechos Humanos de la Montaña, Tlachinollan.

En su intervención, el abogado de los 43 normalistas, Vidulfo Rosales Sierra, lamentó que a pesar del compromiso del presidente  Andrés Manuel López Obrador, no exista todavía una resolución al caso, pues de las 21 órdenes de aprehensión retiradas 16 estaban dirigidas contra elementos del Ejército Mexicano.

En el cierre de la jornada de lucha no se realizó ninguna pinta, tampoco hubo ningún acto en contra de los edificios públicos de la ciudad.

La mañana de este martes, las instalaciones del 27 batallón de infantería fueron resguardadas con barricadas afianzadas con alambre de púas, además se retiraron las coladeras para evitar el paso de los vehículos.

El 14 de septiembre, decenas de normalistas atacaron dicha entrada, detonaron petardos y lanzaron un camión de carga para luego prenderle fuego.

A 13 días de esos hechos, las instalaciones ya fueron reparadas y se incrementaron las medidas para evitar una nueva incursión.

Con información de Pablo Maldonado 

JLMR

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