Habitantes de la manzana 1-A de la colonia Nuevo Mirador, fundada por damnificados de las tormentas tropicales Manuel e Ingrid en septiembre de 2013, denunciaron que las viviendas que les está reconstruyendo la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) son de muy calidad y resultan un peligro constante para sus moradores.
Los habitantes de la colonia ubicada en la salida sur de Chilpancingo, al costado de la Autopista del Sol, señalaron que ya es la segunda ocasión que el gobierno federal levanta alrededor de 50 viviendas, ya que las primeras fueron construidas en una zona donde el suelo es inestable, lo que propició el hundimiento de las viviendas y el agrietamiento de sus paredes.
Señalaron que las dimensiones y los materiales utilizados no corresponden al gasto que se anunció para cada vivienda, que es de medio millón de pesos.
La señora Lorena Martínez, una de las afectadas, dijo que nunca han visto a un supervisor de obra y que la primera etapa de construcción está integrada por al menos 50 departamentos que serán construidos con material inadecuado, que fácilmente puede advertirse que no soportará los dos niveles de los que constará cada espacio.
En un recorrido por la zona que ya está comenzando a ser usada para construir las viviendas, se puede observar que los castillos son armex prefabricados, en lugar de castillos de varilla y alambrón, los cuales serán usados para darle soporte a las paredes de la vivienda, por lo que estas casas solo estarán separadas por una pared, lo cual les resultará incómodo para sus habitantes.
Los inconformes dijeron que fue Aurora Muñoz Martínez Lagunas, quien funge como Coordinadora Operativa del Plan Nacional de Reconstrucción, se comprometió con ellos a que las viviendas serían de mejor calidad que las entregadas en 2016, pero no está cumpliendo.
En el lugar estaba el Ingeniero encargado de la obra, a quien los vecinos le solicitaron una explicación, pero este evadió los reclamos y se retiró del lugar, bajo el argumento de que tenía compromisos que atender.
Para los damnificados, las nuevas construcciones son de la misma "calidad" que las que fueron demolidas, incluso, perciben que ahora son más pequeñas.
Ahondaron en que Guerrero es una zona altamente sísmica y consideran que los armex utilizados para sostener los castillos no resistirán construcciones de dos niveles, sin tomar en cuenta el peso por muebles y tinacos de agua, que inevitablemente colocarán encima.
Solicitaron la presencia de las autoridades federales para que supervisen las obras de reconstrucción, de lo contrario, advirtieron que no permitirán que continúen los trabajos.
VJHM