Desde hace cinco meses, los pobladores del municipio de Cosoleacaque, al sur del estado de Veracruz, están siendo seriamente afectados por la falta de agua potable, problema que comenzó con la municipalización de este servicio, en la administración que encabeza el priista Ponciano Vázquez Parissi.
Primero comenzó a llegar por tandeo y de un día para otro de las llaves ya no salía una sola gota de agua.
“Nos afecta para bañarse, lavar los trastes y más que nada por los niños que tienen que bañarse; llega el agua y se va, hemos ido a meter un reporte; ahorita tenemos contrato con Cosoleacaque y seguimos sin agua”, relata la señora Araceli Pucheta.
MILENIO realizó un recorrido por la colonia F. Gutiérrez, donde habitan más de mil 500 familias y todas enfrentan el mismo problema; sin que la autoridad brinde una solución.
Fue a principios de año que el alcalde municipalizó el agua potable y anunció la construcción de nuevos pozos.
“Formalizamos la Municipalización de los servicios de suministro de Agua potable, con la firma y entrega recepción de las operaciones que correspondían a Comisión del Agua del Estado de Veracruz (CAEV), para que ahora sea administrado y operado por nuestro H. Ayuntamiento”, señaló en meses pasados el presidente municipal.
Y agregó que el objetivo era atender de manera directa los problemas de suministro del vital líquido y otorgar una mejor atención a las y los ciudadanos del municipio, lo que no ha ocurrido.
Escarbaron pozos artesianos, pero el agua sale turbia
Después de varias semanas de comprar y acarrear agua en garrafones, Margarita tomó un cavahoyos y una pala, y se dispuso a hacer un pozo artesiano detrás de su patio.
A unos 100 metros de su casa, luego de escarbar por horas logró encontrar agua, esto cerca de una escuela que realiza sus descargas de drenaje, con un pico y pala logró desviar esos residuos.
Entre el monte, donde está el pozo que ella misma realizó, colocó unas láminas viejas y palos. Y desde entonces acarrea agua hasta su hogar.
“Pues sale limpia, pero cuando llueve se enturbia y pues tenemos que sacar todo lo sucio; de este pozo ocupamos el agua para lavar la ropa y trastes, aunque a veces también nos bañamos con esta agua, porque no hay de otra joven”, señala la señora mientras saca agua con una cubeta.
Y es que, vecinos de la colonia José F. Gutiérrez se han valido de su creatividad para sobrevivir a la falta de agua potable en este año, pues señalan que jamás habían padecido de este servicio.
Por su parte, Yahaira comenta que en la casa de sus padres, que son adultos mayores hay un pozo, pero el agua es sucia y apestosa, por lo qué idearon un filtro casero para purificar el agua, que consta de unos botes, una malla y hules.
Gastan más de 250 pesos por semana en la compra de garrafones
Otras personas, deben de acarrear en garrafones, cubetas y tambos de vecinos que amablemente no niegan el agua de sus pozos, pero ocurren accidentes, como le pasó a doña Josefina, de 60 años, que acarreaba en cubetas, resbaló y se lesionó el brazo, ahora va para la segunda cirugía.
“Yo estoy embarazada y mi esposo sale a trabajar, por eso pagamos para que nos acarren agua por tambo; nos cobran por tambo cincuenta pesos y yo ocupo cinco por semana”, manifiesta Diana Laura, que se encuentra embarazada.
Una o dos veces por semana, llega una pipa del ayuntamiento, pero no se da abasto y los vecinos no alcanzan a llenar sus tambos.
Y acá otro problema, pues como no se padecía del agua, sus tambos son pequeños y por ahora nos les alcanza para comprar tinacos que llegan a costar hasta tres mil pesos y de esa manera poder almacenar el líquido.
Felipe, ocupa el taxi de trabajo para acarrear agua y señala que creyó que la municipalización les beneficiaría, hizo su contrato en Cosoleacaque, pagó, y no tiene agua. Por lo que solicito al alcalde Ponciano Vázquez los escuche y de solución.
A raíz de esto, algunas viviendas se encuentran abandonadas, pues al menos cinco familias han optado por cambiarse de domicilio ante la falta de agua.
Las escuelas también están siendo afectadas
En esta colonia se encuentran una escuela primaria que atiende a más de 150 alumnos y un jardín de niños con 45 pequeños, ambas padecen la misma situación.
Doña Julia es conserje del kínder Rosario Castellanos, y a pesar de su edad se ve obligada a acarrear agua en tambos para llenar un aljibe, que abastece los baños y lavabos; aunque solo alcanza para una semana.
“Ahorita como ve estamos sin agua, estamos llenando los botes y los tapamos; es preocupante porque hay niños”, asegura la señora de edad avanzada.
MILENIO buscó una entrevista con Julián Alor Castro, encargado de la Comisión Municipal de Agua y Saneamiento (CMAS), pero informó que no tiene autorización de parte del alcalde para emitir alguna declaración acerca de este tema.
Esta semana, los pobladores han sostenido un par de reuniones para decidir qué acciones tomarán, pues entre más pasan los días, la situación se complica y el agua escasea.
“Queremos agua, Ponciano ven a vernos como cuando querías el voto”, gritan los inconformes.
ledz