Hereda gente de Bustamante la "magia" de sus antepasados

Los habitantes demuestran el talento en los oficios de sus antiguos pobladores: tlaxcaltecas, indios alazapas, españoles y misioneros; además es una localidad sustentable al contar con una red de acequias y 180 mil nogales.

Las Grutas del Palmito.
Gustavo Mendoza
Bustamante /

Si algo tiene de mágico Bustamante, es su gente. Es quizás el único ejemplo en Nuevo León donde se conservan intactas las herencias indígenas naturales de la región, de los que vinieron de Mesoamérica y los españoles que se asentaron.

Ubicado al norte del estado, Bustamante es el municipio “más sustentable” gracias a sus 180 mil nogales y una red de acequias vivas que se distribuyen por 32 kilómetros del pueblo.

Fusión de culturas

Los rasgos físicos de los habitantes del pueblo son una muestra de la herencia cultural de este municipio.

La misión de San Miguel de Aguayo de la Nueva Tlaxcala se fundó en 1686 con un importante rasgo social: se trató de una comunidad donde habitaron familias tlaxcaltecas a, los indios alazapas así como españoles y misioneros.

Carlos Gómez Flores, cronista del municipio, destaca que esta conjunción ayudó a dar un carácter único a Bustamante, el cual aún se conserva.

​“Hay una magia interesante que se conserva entre los rasgos alazapas, los tlaxcaltecas y los españoles. Se ven perfectamente en los rasgos físicos pero también en sus talentos”, señala.

Una de éstas herencias es la red de acequias, o apantles, que fueron construidas por los tlaxcaltecas durante años y que hoy en día son completamente funcionales. Esta obra hidráulica fue protegida por el ayuntamiento en el 2006.

Todas ellas abastecidas por el afluente del Cañón de Bustamante y sus 48 veneros de agua. A esto hay que sumarles los 180 mil nogales que fueron sembrados desde el asentamiento poblacional y que hoy otorgan de un clima refrescante al municipio.

Expertos en pan dulce 

A cualquier hora y sea cual sea el día que usted llegue, en la panadería La Superior (ubicada en la entrada del pueblo) siempre habrá pan. En Bustamante hay 17 panaderías.

Semitas, coyotas, chorreadas o empanadas de cajeta y nuez o de calabaza es la repostería de gran sabor que se encuentra en este lugar, uno de los pocos que aún hornean bajo la técnica tradicional.

“Es una herencia de los antiguos pobladores. Como utilizamos leña de nogal, la cocción del pan no se reseca y adquiere olores muy especiales”, comenta el panadero, Lázaro Casso de Luna.

Producción de mezcal 

En Nuevo León sólo hay dos puntos donde se genera mezcal: la comunidad de “La Chona”, en Aramberri, y en Bustamante.

La mezcalera La Guadalupana mantiene ésta tradición desde hace 57 años.

“Nos mantenemos gracias a las ventas locales y a los turistas, es una empresa que formó mi padre en 1958 pero que mantenemos aquí”, indica el propietario Jorge González.

Pueblo de oficios 

Uno de los puntos fuertes del municipio es el turismo religioso, donde el principal centro de adoración es el “Señor de Tlaxcala”, un Cristo de pasta de caña fabricado en el siglo XVII y que es adorado en el pueblo desde hace 300 años.

Aquí sobresale otro rasgo hereditario de las culturas antiguas: la conformación de cofradías familiares, responsables del mantenimiento de los cultos del pueblo.

En el pueblo se mantienen en buena salud sus profesiones y oficios, que van desde el adobero, el carpintero, el tejido del palmito o la panadería.

“Un pueblo mágico, creo, no tiene que ver sólo con las fachadas o calles, tiene que ver con las personas y creo que en Bustamante la magia está en su gente”, refirió Gómez Flores.



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