En medio de un dolor insoportable y mientras esperaba bajo los escombros ser rescatado tras el derrumbe del techo en la iglesia Santa Cruz, José Luis Morales escuchaba los gritos desgarradores de otras personas que como él suplicaban desde el suelo ayuda para salvar sus vidas.
Tenía pedazos de losa ardiente sobre su espalda y los minutos que transcurrieron para recibir el auxilio le parecieron horas. El llanto y los lamentos que oyó, lo hacen pensar que de haberse actuado a tiempo y con precisión, se habrían salvado más vidas.
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Es algo que jamás olvidará y vuelve a vivir en pesadillas que lo atormentan tras esa fecha que marcó su vida y la de su familia. Con el paso de los días, su estado de salud ha mejorado lentamente pero necesita terapia física para poder recuperar su movilidad tras sufrir fracturas en cadera y pierna.
Gastos médicos
El impacto también ha sido en lo económico. Actualmente adeuda ya 200 mil pesos, pues cuando fue rescatado lo llevaron a la Beneficencia Española, y afirma que para pagar la cuenta solo lo ayudó el ayuntamiento de Altamira con 55 mil pesos.
“Fueron más de 200 mil pesos por la atención que recibí, dinero que mi esposa pagó y completamos con esos 55 mil, pero nadie más me apoyó y todo el tratamiento lo hemos absorbido nosotros con préstamos, lo peor es que no puedo trabajar, soy empresario, no tengo prestaciones”.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de Tamaulipas y un médico legista de la Fiscalía de Justicia lo han visitado como parte de sus actuaciones, pero ninguna otra autoridad.
“Hemos gastado arriba de 200 mil pesos, los medicamentos son muy caros y en Madero de plano nos dijeron que no nos podían apoyar, porque teníamos que haber sido canalizados al hospital Canseco. No hay una autoridad local, estatal o federal que nos brinde ayuda”.
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