Un hombre murió cuando un hueso se le quedó atorado en la garganta; el señor estaba preparando una carne asada, cuando se echó un pedazo a la boca y comenzó a asfixiarse.
Los hechos ocurrieron en un domicilio ubicado en la colonia Los Ciruelos, en el municipio de Nuevo Laredo, cuando el señor estaba conviviendo con uno de sus vecinos.
Ambos estaban tomando cerveza, mientras el dueño de la casa estaba asando la carne para la comida, en una galera de la propiedad.
Sin embargo el señor decidió probar uno de los pedazos de carne que ya estaban listos, pero no se dio cuenta que llevaba un pedazo de hueso hasta que intentó comerlo y éste se le quedó atorado.
Su esposa y el vecino se dieron cuenta de la situación, le pegaron en la espalda e incluso le aplanaron el estómago para tratar de ayudarlo, pero no lograban sacar lo que se le había atorado, así que la señora salió a buscar ayuda de los vecinos.
Los que llegaron para darle auxilio al hombre le dieron reanimación cardiopulmonar (RCP), sin embargo el hombre ya estaba morado y terminó por perder la vida asfixiado, ante la mirada incrédula de su esposa y su amigo.
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La ambulancia llegó ya cuando el hombre no tenía signos vitales, así que los paramédicos llamaron a la Policía Investigadora que arribó al área para tomar conocimiento de los hechos.
El cadáver fue levantado y llevado al Servicio Médico Forense, que determinará qué fue lo que se le atoró al hombre, sin embargo la esposa y su amigo creen que debió ser un hueso, pues habían visto algunos en la carne.
EAS