Hospital La Raza transforma la vida del pequeño Andy tras compleja reconstrucción médica

Andy, un niño nacido prematuro extremo con graves malformaciones congénitas, ha logrado mejorar significativamente su calidad de vida gracias a siete cirugías de alta especialidad.

Hospital La Raza transforma la vida del pequeño Andy.| Especial
Lucero Sánchez
Torreón, Coahuila. /

Andy, a sus cinco años, es un gran guerrero de la vida y una historia de magia hecha por doctores y por Dios, pues el milagro de la ciencia ha permitido que los especialistas del Centro Médico Nacional Siglo XXI, también conocido como Hospital La Raza, le cambiaran, a través de siete cirugías, su calidad de vida hasta convertirlo en un pequeño prácticamente normal.

Andy fue un bebé prematuro extremo que nació a las 27 semanas de gestación midiendo 32 centímetros y pesando 930 gramos. Su nacimiento anticipado evitó la formación adecuada de sus genitales y presentó malformación anorrectal compleja, por lo que al preguntar su madre Alicia Ledezma el sexo del bebé, el personal médico no supo qué decirle.

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El médico pediatra del Hospital General de Torreón que recibió al bebé, se limitó a decirle que el pronóstico de vida de Andy era reservado, provocando sentimientos encontrados en Alicia, pues regresó a casa sin su bebé, ya que se quedó en terapia intensiva en la incubadora por más de dos meses hasta que alcanzó el anhelado peso de un kilo 800 gramos. Pero ahí no terminó la lucha del pequeño.

El siguiente paso era conocer su sexo a través de un ultrasonido pélvico donde detectaron que internamente desarrolló genitales masculinos, pero no en su totalidad. Incluso, médicos le habían recomendado la aplicación de hormonas para convertirlo en niña, y con apoyo de un residente que le consiguió un estudio de ADN Cariotipo, lograron determinar que era cien por ciento niño.

Yo realmente lo bauticé de emergencia porque yo decía: 'Si no sobrevive, tiene que ser bautizado', elegí el nombre de Andy, que significa valiente y bello. Me dije: ‘Tiene que ser un nombre que sea unisex’. Los médicos no sabían. Ellos tenían en mente que también pudiera ser hermafrodita y, pues, realmente no sabían; tenían que cerciorarse. Llevo a Andy a la consulta y el cirujano lo revisa muy superficialmente y me dice: ‘No, señora, lo mejor es inyectarle hormonas y operarlo para que sea niña’. Yo me quedé así, sin estudios y sin nada; el residente me dice: ‘Yo sé que se puede hacer algo por él, hay que moverse’”, compartió.

Debido a que la familia no contaba con seguridad social, empezó el camino por contar con servicio médico del IMSS, siendo atendido en la clínica 16 con pase a la Unidad de Alta Especialidad número 71, donde el urólogo le dijo que el caso de Andy era uno en un millón, por lo que al verse rebasados le dieron el envío a la clínica de especialidades en Monterrey, donde también fue rechazado y finalmente derivado al Hospital La Raza. 

“Andy no tenía el área genital normal donde debe estar; en vez de tener los testículos debajo del pene, él los tenía a los lados, su pene no se juntó, estaba dividido en dos partes, no se alcanzó a juntar, no tenía la distancia entre el ano y los testículos; y tenía dos vejigas, una interna y otra externa que sangraba y era dolor. La verdad es muy feo ver a Andy tan pequeño, sufriendo y llorando porque sus ojos me decían ‘me duele’ y yo no podía hacer nada, solo darle medicamento”, manifestó entre lágrimas.

Alicia recuerda que desde bebé le prometía a su bebé que algún día ya no le va a doler nada, pues ha estado consciente de los riesgos de las cirugías y su vida cambió cuando llegaron a la Ciudad de México al hospital La Raza, donde el médico Salvador Cuevas Villegas ha logrado reconstruir el aparato digestivo, uretra, recto y genitales de Andy.

En sus cinco años de vida, el pequeño ha sido sometido a siete cirugías.| Especial

En sus cinco años de vida, el pequeño ha sido sometido a siete cirugías que lo han convertido en un niño normal, pero aún le faltan al menos dos cirugías más. Pese a ello, es un niño feliz y fuerte que ha logrado, con el amor de su madre, hermano y abuelos, enfrentar y lograr conciencia de la transición de su padecimiento.

“En el 2022 empezó el camino, muy duro y muy largo; ahorita ya Andy ya no tiene dos vejigas, su pene es funcional, completamente funcional y estamos aún batallando, y es normal; hasta los médicos me dijeron que dejar el pañal porque estaba dependiente completamente. Ya se puede sentar, ya puede subirse al sube y baja, a una bicicleta, usar montables; ya no tiene ese dolor de siempre, de esa vejiga externa sangrante, pues es maravilloso lo que han hecho por Andy”, refirió con lágrimas en los ojos.

Andy es reflejo de la otra cara del Instituto Mexicano del Seguro Social, donde el personal médico ha logrado transformar su vida y convertirlo en un niño prácticamente normal. “Sí existen los doctores buenos. Sí existen los doctores humanos. Existen los casos de éxito, porque lo que han hecho con Andy es la primera vez que se ha hecho aquí; tanta reconstrucción y tanta ayuda, la verdad, no dejen de atender a sus hijos porque sí se puede; el IMSS es muy bueno porque yo no hubiera podido costear ninguna cirugía”, puntualizó.

Andy aún requiere cuidados especiales con insumos médicos que representan un alto costo para su familia, pues llegan a pasar hasta un mes fuera de casa en el hospital, por lo que usted puede apoyar con la donación de bolsas de colostomía pediátrica, ya que utiliza una diaria, parches de hidrocoloide, gasas, abate lenguas, toallitas húmedas y pañales, contactando a Alicia al teléfono 8715681963.






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