Identificar restos con el ADN tardará al menos mes y medio

Peritajes. Las autoridades estatales rescataron solo 6 cadáveres completos y de los otros 7 solo se tienen piezas dentales para realizar el análisis genético; el piloto alertó sobre condiciones climáticas adversas.

La aeronave volaba a 38 mil pies a unos 700 kilómetros por hora cuando se desplomó. (Especial)
Iván Sánchez
Coahuila /

Ayer, cerca del mediodía, los cuerpos de las 13 personas que fallecieron en el accidente aéreo de Ocampo, en Coahuila, arribaron a Monclova.

Miguel Ángel Villarreal Muñoz, administrador del aeropuerto Venustiano Carranza, en el municipio de Frontera, señaló que acudieron representantes legales de las familias y algunos deudos para solicitar informes sobre los restos.

Ante las condiciones del accidente, indicó que será necesario realizar estudios de ADN para identificarlos, ya que 7 cuerpos se calcinaron casi en su totalidad.

Asimismo, explicó que la caída de la aeronave fue violenta, lo que redujo la posibilidad de cualquier sobreviviente, además de confirmar que por las características del avión el piloto no trató nunca de tener un aterrizaje forzoso.

Según Gerardo Marque Guevara, fiscal de Coahuila, de los 13 fallecidos seis cuerpos estaban quemados pero completos y siete son restos totalmente calcinados.

Todos ellos serán analizados a detalle y se les comparará el ADN con sus familiares, lo que puede tardar hasta un mes y medio.

“La fiscalía tiene como obligación identificarlos y entregarlos a sus familiares”, señaló el funcionario estatal.

Marque Guevara agregó que aún que no está clara la causa del accidente, ya que las condiciones en el lugar del percance fueron muy extremas, lo que orilla a una teoría de que fue por el mal estado del clima.

Sin embargo, dijo que esperarán los resultados de las autoridades aeroportuarias.

El mecanismo de traslado de los cuerpos de Ocampo a Monclova fue por “embalaje”, para que no se dañaran en el trayecto.

De algunos cuerpos solo se obtuvieron piezas dentales.

La fiscalía cuenta como parte de la evidencia con un video en tiempo real del sistema de radar, que captó el trayecto del avión al salir de Estados Unidos y arribar a México.

Setenta y dos horas después de la caída del avión en Coahuila, los restos de las víctimas fueron recuperados en su totalidad.

El calor al incendiarse la aeronave fue tan intenso que fundió partes de acero y aluminio.

La “zona cero” en el ejido La Rosita era un área devastada.

Desde tierra se veía un panorama desolador y entre matorrales la aeronave marca Bombardier.

A 72 horas de la tragedia, el lugar ya fue abandonado por los peritos de la Fiscalía General de la República y del Ejército.

El pasado lunes se informó que luego de más de 16 horas de búsqueda, las autoridades estatales lograron localizar el jet privado que cubría la ruta Las Vegas-Monterrey, en el que viajaban 13 personas —tres de ellas parte de la tripulación— que habían viajado para ver la pelea de Saúl El Canelo Álvarez.

La Secretaría de Seguridad Pública estatal informó en un comunicado que un avistamiento aéreo permitió ubicar los restos de la aeronave, matrícula N601VH, en una zona de difícil acceso en la región serrana del municipio de Ocampo.

De acuerdo con la información de la dependencia, luego de conocerse los reportes de la desaparición de la aeronave, que comenzaron a darse a conocer la tarde del pasado domingo, se contactó a las autoridades de nuevo León para coordinarse en los trabajos de búsqueda.

En tanto, la Fiscalía General de la República atrajo la investigación y desde el pasado lunes peritos de instancias federales comenzaron a levantar restos de la aeronave y recabaron pruebas para determinar las causas del accidente.

LAS ÚLTIMAS PALABRAS

El capitán Juan José Aguilar Talavera, conocido como “Juanito”, piloto de formación militar que comandaba el avión que cayó el pasado domingo en Coahuila con otras 12 personas a bordo, dijo en sus últimas palabras a la base aérea Centro Monterrey que las condiciones climáticas no eran favorables.

De acuerdo con los pilotos que localizaron la aeronave, la tarde del pasado domingo el clima era extremo y resultaba difícil volar hasta los 38 mil pies, lo que los operadores del avión Canadair Challenger 501 pensaron que podían superarlo.

A pesar de la experiencia del piloto nada se pudo hacer y al darse cuenta que el clima no mejoraba, habló por la radio y dijo: “Voy a tratar de volar más alto”.

El mensaje, según la base de operaciones aéreas en Ramos Arizpe, se recibió entre las 5:30 y 6 de la tarde.

La aeronave volaba a 38 mil pies a unos 700 kilómetros por hora cuando se desplomó.

Los expertos señalan que al no existir una línea de arrastre atrás del avión, ésta se precipitó a unos 400 kilómetros por hora.

La nave contaba con la cola intacta en 50 por ciento y era visible e identificable su estructura.

Las alas se conservaban casi en 15 por ciento en cada extremo, pero la cabina estaba destruida.

Será la Comisión Investigadora de Accidentes Aéreos de la Dirección General de Aeronáutica Civil la que determine con base en los datos de la caja negra las causas del accidente.

Y ADEMÁS

LA AERONAVE ERA UN “CASCARÓN”

La aerolínea a la que pertenece el avión siniestrado —TVPX Aircraft Solutions— no existe en términos concretos, aunque sí en lo legal. Se trata de un cascarón legalmente constituido en Utah que presta servicios a extranjeros para que puedan poseer de manera anónima una aeronave en Estados Unidos, en donde la ley no permite que ciudadanos de otros países ofrezcan servicios de traslado aéreo.

Fuentes consultadas por MILENIO confirmaron que los dueños de la aeronave son originarios del Estado de México, pero se hallan blindados bajo contratos de confidencialidad firmados con el consorcio estadunidense.

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