En Lerdo, la iglesia católica se prepara desde sus parroquias para sumarse de manera simultánea en todo el país a la Jornada Nacional por la Paz, lo que equivale a una callada inconformidad por la "fallida estrategia" de seguridad que ahora ha tocado a siervos de esta comunidad de manera violenta.
Julio Carrillo Gaucin, párroco del Sagrado Corazón de Jesús en Lerdo, sostuvo que de aquí a esa fecha, en cada misa se estará compartiendo la Oración por la Paz, a efecto de que cese la violencia que invade a gran parte del territorio nacional enlutando familias.
Lo anterior se deriva del posicionamiento de la Conferencia Episcopal Mexicana, en torno a los hechos violentos que han trastocado a la comunidad católica, primero con el asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la región de la Sierra Tarahumara y en fecha reciente el agravio a golpes a un cura en Michoacán.
El presidente de la República Andrés Manuel Lopez Obrador, desde su conferencia matutina "La Mañanera", cuestionó y reprochó la exigencia de que se cambie la estrategia y los calificó de "conservadores que callaron en la época de Felipe Calderón".
Al respecto, dijo que a partir de esta semana se habrá de retomar la oración que se hacía por la paz al finalizar cada eucaristía, particularmente los domingos, al margen de prepararse para el próximo 18 de septiembre, cuando a nivel nacional se ejercerá una Jornada Nacional de Oración.
A pregunta expresa, dijo que está claro que la política de seguridad de los “abrazos, no balazos” impulsada desde el gobierno federal es una estrategia fallida que necesita ser replanteada.
“Pero sobre todo requiere de una estrategia incluyente, que escuche a todos los diferentes actores involucrados en el problema, ya que no se pueden tomar decisiones unilaterales sin escuchar, ni consultar a la gente”, subrayó el clérigo.
Urgió a que se lleguen a acuerdos para reconstruir el tejido social, no sólo con estrategias inmediatas, sino a mediano y largo.
Carrillo Gauciín dijo que tras los hechos de violencia que terminaron con la vida de dos hermanos jesuitas y otro agravio al golpear a otro párroco, se percibe no sólo enojo entre la comunidad católica, sino también indignación.
“Ninguno somos ajenos al ambiente que se vive de violencia en algunos territorios del país, pero lo ocurrido ahora con el asesinato con saña de estos sacerdotes ha generado mucha indignación, ya que al no haber respeto a los sacerdotes, que se puede esperar para el resto de las personas. Y es lo que duele y preocupa al estar en una sociedad que ha perdido el sentido de humanidad”. Concluyó.
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