La polémica desatada tras la muerte de un cachorro de oso negro ocasionada presuntamente por habitantes y policías de Castaños, en Coahuila, la cual quedó grabada en un video que se difundió a través de redes sociales, llevó a las autoridades a abrir una investigación.
El gobernador Miguel Ángel Riquelme Solís dio a conocer que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Fiscalía General del estado iniciaron una investigación por la muerte de “un espécimen en peligro de extinción y el maltrato al que fue sometido”.
“Reprobamos enérgicamente las indignantes acciones de quienes participaron en el maltrato y muerte de un ejemplar de oso negro en el municipio de Castaños. La Profepa y la Propaec ya están a cargo de las investigaciones por la muerte de un espécimen en peligro de extinción”, dijo en su cuenta de Twitter.
El mandatario estatal agregó que la fiscalía, de acuerdo con sus facultades, “ya está investigando y actuará para castigar a los responsables de maltrato animal. Atentar contra un animal en peligro de extinción es atendido por la autoridad federal. El oso negro es el símbolo vivo de la conservación en Coahuila, todos debemos respetar su vida y su entorno”.
Por su parte, la Profepa informó que formulará una denuncia penal contra los presuntos responsables del evento ocurrido en Coahuila y precisó que los hechos pueden “ser constitutivos de delito contra la biodiversidad”.
Los pronunciamientos de las autoridades se dan luego de la difusión el lunes en las redes sociales de unas imágenes en las que se ven varias personas amarrando y golpeando a un pequeño oso negro, que según algunos medios locales se apareció en la comunidad para buscar agua y comida.
En el video difundido se ve al animal amarrado en el suelo mientras algunos pobladores lo observan a distancia. Las imágenes generaron reacciones de rechazo de activistas y usuarios de las redes sociales.
Atentar contra un animal en peligro de extinción se considera un delito federal y distintas asociaciones y activistas se han pronunciado contra la muerte del oso y piden justicia a las autoridades.
“El asesinato del oso negro es el ejemplo de cómo la normalización de la violencia es un mal que debe ser atacado con prevención. La inhumanidad de amarrar, golpear y ver como asesinan un bebé oso es de personas que la violencia no les genera dolor. Ese, es el cáncer social”, dijo en Twitter la activista Saskia Niño de Rivera, presidenta de la asociación civil mexicana Reinserta.
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