La mancha de sargazo que se extiende a través de los 480 kilómetros de las playas del Caribe mexicano ha puesto en alerta a especialistas, hoteleros y autoridades. Datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) indican que nunca en la historia del país arribó tal cantidad de alga.
Son más de 200 toneladas por kilometro de costa que han dejado atrás el color azul turquesa de las playas de Quintana Roo, para teñirlas de un tono que asemeja un mar de lodo.
“Es incómodo, hay desconfianza. No sabemos si alguna enfermedad, es algo como desconocido. No sabemos qué consecuencias pueda traer”, lamentó a la orilla del mar de Cancún Jesús Rangel, turista proveniente de Durango y quien ahorró todo un año para llevar a su familia a vacacionar.
Desde 2011, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) estudian el fenómeno. Aseguran que de no atenderse puede generar a corto plazo un desastre ecológico y grave daño a los ecosistemas marítimos.
“Un cambio de ecosistema significa que ya no hay mares azules turquesa transparentes, además de implicar que los arrecifes se llenen de algas y que nuestros corales desaparezcan.
“Implica que los pastos que crecen cerca de las costas se van a morir y las aguas van a estar inestables”.
La doctora Brigitta I. van Tussenbroek, investigadora del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM, en Puerto Morelos, aseguró que las autoridades y hoteleros “combaten el arribo del sargazo desde la ignorancia”, porque no saben el manejo que se le debe dar al alga marina para evitar un daño mayor al ecosistema.
“Al ser un fenómeno relativamente nuevo, no se ha estudiado lo suficiente, ni hay lineamientos establecidos para combatirlo”.
En las playas públicas es la Secretaría del Medio Ambiente la que se encarga de la remoción del sargazo, pero en las zonas hoteleras son los empresarios quienes están haciendo el trabajo.
Unos lo recolectan y lo envían a tiraderos; otros, simplemente lo entierran bajo la arena.
“Los esfuerzos son admirables, pero erróneos o insuficientes. Cada quien actúa de la manera que mejor cree. El tema es tan nuevo que no saben cuál es el manejo correcto de esta alga y solo están dañando las playas.
“Enterrarlo en la playa es una de las peores prácticas que se pueden hacer. Existe el mito que el sargazo se convierte en arena y no es cierto; en la playa nada más está agravando el problema”.
Alfredo Arellano, secretario de Ecología y Medio Ambiente en Quintana Roo, dijo que la remoción del sargazo en la zona ha implicado una “labor titánica”, porque este 2018 se ha registrado cuatro veces más sargazo que en 2015, año en el que el arribo de sargazo tuvo un récord histórico.
“Estamos dando prioridad a las zonas más sensibles, tanto ambientalmente como socialmente por el desarrollo turístico. Queremos mostrarle a la comunidad internacional que podemos con el problema”, dijo.
Anualmente, de las playas de Quintana Roo se extraen cerca de 96 mil toneladas de sargazo. Mahahual, Puerto Morelos, Solidaridad, Cancún y Tulúm son los destinos en los que hay mayor concentración de esta vegetación marina.
A pesar de que existen recursos etiquetados para la limpieza de las playas del país, los hoteleros aseguran que ellos son quienes han absorbido el millonario gasto que ha implicado limpiar sus frentes de playa.
Roberto Cintrón, presidente de la Asociación de Hoteleros de Cancún, informó que debido a la llegada de sargazo hay hoteles que están gastando cerca de 120 mil pesos semanales. “Depende la extensión de su frente de playa, muchos podrían estar pagando más”.
En opinión de la científica Van Tussenbroek de origen holandés, es urgente evitar que el sargazo llegue a las playas en grandes cantidades, pues “es lo que destroza ecosistemas y mares, además tener consecuencias económicas y sociales al afectar directamente al turismo.
“Es uno de los pocos casos que conozco que un desastre ecológico está relacionado con un desastre socioeconómico. Prácticamente toda la industria del estado depende del turismo.
“Los turistas solo ven toneladas de materia orgánica en descomposición. Este estado podría perder su fuente principal de ingreso”, señala.
Según ambientalistas, el aumento atípico del sargazo se debe a diversos factores, entre ellos el aumento de nutrientes, de la temperatura del agua y cambios en las corrientes marinas y vientos.
Otra teoría apunta a un desprendimiento de algas en el mar de los sargazos en la región norte del océano Atlántico.
La doctora Van Tussenbroek dijo que es imprescindible que el gobierno federal se involucre en el combate al problema del sargazo e indicó que se necesita un Plan Integral de Manejo Costero del sargazo, “no a nivel municipio ni del hotel, sino a escala federal o estatal que dirija los trabajos de mitigación de manera eficiente.
“Debemos resolver cómo evitamos que esta cantidad de sargazo llegue de manera masiva a nuestras playas, porque si sigue así el desastre ecológico es inminente”.
En 2015 el ex gobernador de Quintana Roo Roberto Borge anunció una inversión de 150 millones de pesos para mermar el impacto del alga marina en las playas. Nunca se supo el destino de los recursos.
“Desafortunadamente para los manejos de algunos municipios, esto evidencia que hace falta ese recurso. El dinero se tiene que emplear para la limpieza y mantenimiento de las playas y decir dónde está”, señaló Van Tussenbroek. Este año el gobierno federal destinó 60 millones de pesos para la mitigación.
Inminente desastre ecológico por el sargazo
ESPECIALES MILENIO/REPORTAJE
Investigadores de la UNAM aseguran que de no atenderse el problema se puede generar un grave daño a los ecosistemas marítimos, además de tener consecuencias económicas y sociales que afectarán directamente al turismo.
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