Decenas de personas provenientes de Centroamérica descienden cada semana de una bestia de acero procedente del sur del país, la escala en Guadalajara les permite retomar fuerzas,recuperarse del desgaste que ha significado el camino, un proceso en el que algunos deciden quedarse y probar suerte en suelo tapatío, en contraste,hay otros migrantes, los que nacieron aquí, y quienes que se marchan con la esperanza de llegar a la tierra del dólar,del básquetbol y los perros calientes.
Osman salió de Santa Rosa, Guatemala, hace 68 días con la intención de encontrar una mejor calidad de vida, 48 de estos los invirtió para llegar a Guadalajara; el trayecto lo inició con un compañero también originario de Guatemala,sin embargo, al cruzar por la Ciudad de México se separaron,desde entonces ha seguido su camino solo pese a que tuvo otro colega que no siguió, "en Puebla me crucé con uno de El Salvador, pero se quedó en el camino y yo me vine acá (a Guadalajara)".
De todos los estados que harecorrido, que de acuerdo a su testimonio están al menos Chiapas, Veracruz, Puebla,Ciudad de México y Guanajuato,Jalisco es en el que mayor tiempo ha estado, “me ha ido mejor aquí, sí he pensado en quedarme, porque nos dicen que está muy difícil pasar (a los Estados Unidos) si me regreso así voy llegar como me vine, sin nada, mejor aguanto más, digo que me ha ido bien”.
La estadística más reciente del Instituto Nacional de Estadísticay Geografía (Inegi)con respecto a la cantidad de personas de los estados que tienen como objetivo conseguir un segundo trabajo para luego cruzar la frontera con Estados Unidos, coloca a Jalisco en la posición diez en el país, con 55 mil 721 personas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo,al cuarto trimestre del2016, existen en el país un millón 485 mil 731 personas que tienen algún tipo de ocupación,incluso informal, pero entre sus planes se encuentra conseguir otro empleo para obtener los recursos que a la postre le permitan migrar, principalmente al vecino país del norte. Este dato es el reconocido por algunos analistas como indicador dela población migrante.
En dicha tendencia, Jalisco es superado únicamente por la capital del país, el Estado de México y ocho entidades fronterizas al norte y sur de la nación, como las que mayor cantidad de personas hay que pretenden buscar fortuna lejos de territorio mexicano.
La estadística del Inegi indica que los 55 mil 721 representan casi un 1.5 por ciento de la población total ocupada en el estado, mientras que en el caso de Chiapas, que encabeza la lista, el porcentaje de personas que pretenden salir del país,equivale al 2.8 por ciento, y en Querétaro, que es el estado con menor cantidad de ciudadanos con dicha pretensión, correspondeal 0.7 por ciento.
MILENIO JALISCO publicó ayer que ante el endurecimiento en la política migratoria de Estados Unidos, algunos migrantes centroamericanos hanempezado por establecerse en Guadalajara, en la búsqueda de un mejor futuro.
Pero ese optimismo que Osman,el nacido en Guatemala,parece haber encontrado en Guadalajara, no lo comparte Antonio Ortiz, que hace nueve meses salió de su natal Cuexcomatitlán,en Tlajomulco,Jalisco, para hacer el viaje de mil 600 kilómetros que Osman contempla ya no hacer, aunque sus razones para migrar son muy similares. “En la fábrica que trabajaba me pagaban 850 pesos y pues la verdad no sobresalía con eso”, señaló el ahora habitante ilegal, de Massachusetts,en Estados Unidos.
La travesía comenzó con un viaje de casi tres días en un camión hasta Sonora, “de ahí contactamos al coyote” al que le pagaron la cantidad de 8 mil dólares para acordar el cruce de la frontera, “al segundo día nos fuimos al desierto de Sonorita,duramos 14 días en el desierto y llegamos a Phoenix Arizona,luego un primo bajó desde Massachusetts por nosotros para llevarnos al destino que era Boston”, narró Toño.
El oriundo de Tlajomulco se dedica allá a la instalación de sistemas de riego, actividad que le da un ingreso de 1,300 dólares a la quincena, y que le permiten acceder a una calidad de vida que no tenía en México, por lo que considera que el riesgo que tomó en el desierto valió la pena, “Yo creoque sí valió la pena. No estoycon mi familia, pero todo espara estar mejor, un tiempo más y me regreso, claro, eso si Donald Trump no me saca antes”, señaló con un humor que podría considerarse unsello de sus raíces mexicanas.
Sobre el temor a ser deportado,indicó que “no hay manera de cuidarse, uno porque tengo que salir a trabajar y hacer mis mandados y si la migra anda afuera ya es suerte, porque cuando van por alguien ni en su casa se escapa uno, pero ahorita está todo tranquilo por acá, al centro del país es donde ya hay redadas de migración”.
El pasado 25 de enero, el gobierno de Jalisco anunció cinco acciones en apoyo de la comunidad jalisciense en el país vecino, que incluyen incentivos para quienes regresana trabajar en el campo, asesoría jurídica para garantizar sus derechos, y otros,programa que, en principio de cuentas, Antonio dijo desconocer.
Tampoco Jesús Ramos escuchósobre esté programa degobierno, pero fue enfático enseñalar que de los nueve añosque ha vivido en Laredo, Texas,de los cuales los últimos seislo ha hecho de manera ilegal,ha recibido mejor trato de losestadounidenses que de loscompatriotas mexicanos, “puesporque aquí un mexicano si miraque te estás superando, lo quehace es que busca la manerapara pararte y el americanopues es lo contrario, los queconozco me tratan muy bien”.
Chuy, como le dicen, prefiere incursionar en diferentes profesiones en el país vecino que tratarde establecerse en un trabajo en México; allá, recibe un estimado semanal de 600 dólares, “lo mío es trabajar caballos, así como tipo arrendador, pero pues tambiénhe trabajado de montacargas,jardinero, pintor y pues de loque sea”.
Sobre los centroamericanosque al igual que él, han emigrado a Estados Unidos,indicó que “son trabajadores,trabajan mucho, no sabía que estuvieran llegando muchos allá (a Jalisco) esa no me la esperaba”, señaló, sin embargo,que aunque extraña el país, en el lugar en que actualmente radica, y aunque lo hace demanera ilegal, encuentra más tranquilidad y comodidad, por eso no ha pensado en regresar,aunque de la misma manera que Osman, el guatemalteco que lleva casi tres semanas en Guadalajara, teme un día ser deportado.
Migrantes “pirata” invaden calles de la ciudad
Algunos tapatíos han visto la llegada de migrantes a Guadalajara como una oportunidad para obtener ingresos, y al ver que a los extranjeros no les va mal pidiendo dinero en los cruceros, optan por disfrazarse y hacerse pasar por guatemalteco, hondureño o nicaragüense para conseguir unas monedas.
Ropa sucia, zapatos viejos, cabello empolvado, una botella de agua y un cobertor amarrado a la mochila, son parte del atuendo que no puede faltar en aquellas personas que tratan de hacerse pasar por un migrante centroamericano que pide la ayuda a los ciudadanos locales para conseguir recursos y poder continuar con su viaje a la frontera norte del país, pero además, imitan un acento sureño y en ocasiones, pueden responder el nombre del presidente en turno del país del cual aseguran provenir, pero no logran dar referencia de la comunidad y el código postal de su supuesto lugar de origen.
Entre estos falsos migrantes, hay hombres y mujeres por igual, estas últimas, regularmente se pueden ver en las avenidas de la ciudad haciéndose acompañar por un menor, situación que de entrada puede ser un elemento que haga dudar sobre su real procedencia, pues de acuerdo al titular del Centro de Atención y Desarrollo Integral para personas en situación de Indigencia, Rubén Arroyo, parte de los datos que han podido recabar, indican que los menores viajan en su mayoría con adultos hombres, esto debido a lo complicado que puede llegar a ser brincar para subir o descender del tren, según lo han explicado los propios migrantes.
Ante la situación, los que realmente son ciudadanos centroamericanos, han optado por mostrar una identificación equivalente a lo que es la credencial de elector en México, y así demostrar su procedencia, para entonces darle certeza a los automovilistas que abordan, de que realmente requieren el apoyo para seguir su viaje.
La situación no es nueva en la ciudad, sino que se viene arrastrando y va creciendo conforme lo hace la presencia de migrantes en el AMG, incluso, en abril de 2014, el Congreso del Estado emitió un exhorto a los 125 municipios del estado, y al mismo Instituto Nacional de Migración con sede en la entidad, para que atiendan a los grupos de personas que transitan por la ciudad como supuestos migrantes, al considerar que muchos de estos, son ciudadanos jaliscienses cuya forma de operar es hacerse pasar por migrantes para pedir dinero para continuar con su travesía rumbo Estados Unidos, pero también aprovechaban para cometer algunos robos.
Una automovilista refirió que en su trayecto cotidiano, que incluye su trabajo en el Centro tapatío, se encuentra al menos 15 personas de aspecto migrante en los cruceros que le piden dinero.En un comercio que les cambiala morralla por billetes a algunos pedigüeños de este tipo se refirió a MILENIO JALISCO que al día les cambian alrededor de 300 pesos por persona.
SRN