Juan Pedro recibe el invierno con gran ánimo. A un mes de haber ingresado por primera vez el Hospital Jardines, en Zapopan, donde descubrió que era el hombre vivo más gordo del mundo, este oriundo de Aguascalientes se siente confortable recostado en la cama, donde en noviembre pasado no cabía.
“He visto mucha mejoría, ya no uso insulina, ya me muevo un poco mejor, batallo menos para moverme, para sentarme, para levantarme. Vamos paso a pasito… (la cama) me quedaba muy apenas y ahorita ya me queda algo de espacio)”, dijo.
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José Antonio Castañeda, director de Gastric Bypass México, resaltó que estos avances son un gran logro dada la condición de salud en que se encontraba Juan Pedro, con 32 años de edad y 590 kilogramos de peso.
“Nosotros lo recibimos con un descontrol de sus niveles de glucosa, una enfermedad pulmonar obstructiva crónica, de alguna manera agudizada, una hipertensión descontrolada y sus linfedemas que alguna manera estaban en una situación crítica y delicada”, recordó.
Sin embargo, hoy el panorama de Juan Pedro, dentro de padecer todas estas enfermedades es muy alentador. “Ha dado un giro de 360 grados. Ya al menos no está utilizando insulina para controlar su diabetes, estamos paliando los periodos de hipoglucemia (baja de azúcar en sangre), se está tratando su diabetes con medicamentos vía oral”.
De igual manera la enfermedad pulmonar se ha controlado. Sus pulmones oxigenaban al 70-75 por ciento y ahora ya alcanza 95 por ciento y se ha reducido la hinchazón y la cifras de presión arterial.
Para ello Juan Pedro ha cambiado de vida. No solo trasladó su residencia a Guadalajara acompañado de su madre, doña María de Jesús, para estar permanentemente monitoreado por el doctor Castañeda y su equipo, sino que sigue a una dieta mediterránea con cinco comidas diarias a base de verduras, frutas y pescado, exenta completamente de carbohidratos y grasas, y con complementos la cual ya empezó a surtir efecto. Sabrá cuantos kilos ha bajado en dos semanas más que lo pesarán por segunda vez.
“Aquí echándole ganas, gracias al hospital que me atienden, que me albergan, no en cualquier lado aceptan a pacientes como yo”, apunta el hombre, quien este día fue citado a exámenes de rutina.
La meta es “bajarlo mínimo el 10 por ciento de su peso, para poderlo llevar a cirugía, esto es a que en los próximos seis meses, de aquí a junio, pierda 59 kilos”, dijo su médico.
Entonces será sometido a una operación. “Vamos bien, Juan Pedro lleva una actitud muy positiva, es muy ordenado”, celebró el doctor Castañeda.
Bypass gástrico
Juan Pedro será sometido a una derivación biliopancreática tipo bypass gástrico. Debido al riesgo de complicación que conlleva, la cirugía se dividirá en dos tiempos. El paso uno se hará la primera semana de junio de 2017, cuando remuevan tres cuartas partes de su estómago por vía laparoscópica. El paso final será seis meses después que consiste en hacer la derivación para conectar al estómago con la parte baja del intestino para que no se absorban nutrientes es la parte superior.
El doctor José Antonio Casteñeda ya ha tenido otros pacientes sometidos a esta operación en dos tiempos con éxito. La idea es aminorar los riesgos y tener mejores resultados.
“Vamos bien”, insiste el especialista. Juan Pedro debe portarse bien. El hombre está decidido.
“La actitud es básica. Si usted quiere tener algo bueno tiene que ponerle buena cara… si quiere batallar, hay que empezar a renegar. Pero no, lo que queremos es ir bien, hacer caso a lo que nos dicen, apegarnos a las cosas que tenemos que hacer… Mucho de lo que va a pasar depende de mí”, reconoce.
Juan Pedro da las gracias al equipo humano que lo apoya (la operación es sin ningún costo para él), desde el doctor Castañeda hasta los camilleros.
En víspera de Navidad, envía saludos también a quienes se han sumado para solventar sus gastos y a quienes están al pendiente de su historia, de su ejemplo, inspirador para muchos.