En el marco de la “Semana Cultural Muxe” que se lleva a cabo en Juchitán, en el Istmo de Tehuantepec, por la edición 47 de la tradicional “Vela de las intrépidas buscadoras del peligro”, vienen también los recuerdos de las primeras muxes como Óscar Cazorla, considerado el fundador de estas festividades, que por décadas impulso este movimiento dándole visibilidad a quienes se identificaban con el llamado “tercer género”.
La historia sobre el origen de los muxes va hasta el encuentro con San Vicente Ferrer, santo patrón de Juchitán, una de las más conocidas es que entre su andar por el mundo, San Vicente andaba con tres bolsas, una con semillas masculinas, otra con femeninas y una más en las que todas venían revueltas, con esas se identifican lo muxes.
En Juchitán, los muxes se hacen cargo del cuidado de los niños, ayudan en las fiestas patronales, se suman a la actividad económica familiar con la elaboración de trajes regionales, venta de comida, son maquillistas, decoradoras, incluso, tener un muxe en la familia es , entre otras cosas, una cuestión de honor, pues son los que se encargan del cuidado de los padres hasta sus últimos días.
Sin embargo, el camino no ha sido de color de rosa como en muchas películas y documentales se ha vendido esa idea, aquí en el Istmo, en municipios como Salina Cruz, Tehuantepec, Xadani, Niltepec, El Espinal, a los muxes se les está atacando, a los muxe se les agrede y asesina, cada vez con más frecuencia.
Así lo denuncia Peregrina Vera, activista e integrante de la comunidad de “Las intrépidas buscadoras del peligro” quien explicó a MILENIO que los crímenes de odio y la violencia hacia el llamado “tercer género” han aumentado en los últimos años.
Peregrina siempre supo que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, desde pequeña comenzó a dar señales que no iba a ser un hombre como su papá quería.
“Mi papá se daba cuenta que yo no hablaba igual, que no caminaba igual, en lugar de ir a jugar trompo con los niños de mi calle, me quedaba con mi mamá viéndola cómo bordaba los trajes regionales que la gente le encargaba”.
Con el tiempo, aprendió varios oficios, desde bordar trajes regionales, decorar fiestas con papel picado y finalmente la decoración de carros alegóricos, que se ocupan en las regadas, que son un recorrido muy parecido a un carnaval, sólo que aquí van las reinas, princesa, capitanes de las festividades de Juchitán.
Su activismo en la defensa de los derechos de los muxes, llevó a Peregrina a formar parte del proyecto “Arcos”, donde se enseña a los miembros de esta comunidad, sus derechos y la forma en que pueden realizar trámites como el cambio de indentidad.
En “Arcos”, sus integrantes han podido recopilar las agresiones físicas y los crímenes de odio en contra de los muxes en toda la región, en lo que va de 2022, cuentan con un registro de 138 agresiones, de ellas 40 fueron asesinatos de integrantes de la comunidad muxe.
“Ya no podemos salir a la calle sin miedo a que nos asalten, hace 10 días a mí que robaron todas mis herramientas de trabajo, me quise defender y me golpearon, gracias a Dios venían unos muchachos caminando y eso hizo que los asaltantes salieran corriendo, sino, quién sabe que más me hubieran hecho”, relata Peregrina.
No todo es color de rosa
A pesar de que en Juchitán los muxes son vistos con buenos ojos, la divesidad de personas de todas partes que se van asentando en la región, ha hecho que la violencia se incremente hacía esta comunidad.
“Antes no nos hacían nada, ahora si estás en una fiesta, con solo verte, te quieren agredir, te insultan y en muchas ocasiones, la agresión cambia de las palabras a las agresiones físicas” relata la entrevistada.
De acuerdo con esta activista de la comunidad muxe, el cliché de que los muxes viven en un ambiente de tranquilidad, es completamente falso.
“La realidad es otra, respeto quiere respeto, pero en ocasiones este se rompe y es ahí donde los afectados somos nosotros”, señala.
Más allá de las actividades culturales que muestran el talento de la comunidad muxe, lo que Peregrina Vera considera importante es hacer que la sociedad en general se sensibilice, para que los crímenes de odio disminuyan y se respeten sus derechos humanos.
ledz