José Luis Armas, es un hombre que lleva tres décadas de vender productos sexuales, primero con anuncios en clave en los periódicos, pero ahora cuenta con una Sex Shop.
Para el vendedor, Durango sigue siendo una sociedad conservadora.
Durante los primeros años en que vendió este tipo de productos, era necesarios hacerlo de manera discreta, incluso, hasta la fecha hay clientes que se mantienen en el anonimato cuando asisten a la tienda a adquirir productos.
Recordó que en el inicio, primero se tenía que hacer una llamada telefónica, se les daba una dirección a los clientes y luego se reunían para comprar los productos. Timbraba y con discreción entraban a la tienda.
La mayor afluencia de personas son matrimonios jóvenes, a los que les explica el funcionamiento de los productos, así como su uso correcto.
"El sexo puede salvar matrimonios, algunos piensan en separarse pero con utilizar de la manera correcta los productos, su vida sexual cambia al grado de salvar su matrimonio".
Dentro del catálogo, lo que más se vende son los retardadores para prolongar el acto sexual y lubricantes que ayudan a la estimulación genital.
Sobre el sadomasoquismo, dijo que es una parte de los productos que se venden con mayor facilidad.
Las parejas arriban a la tienda y en el momento de decidir qué comprar, no falta la sugerencia de látigos, mordazas o esposas.
Incluso, existen látigos con una extensión importante para las personas, al grado de que las puede amarrar.
Un paquete de estos productos económicos, tiene un valor de 350 pesos, pero hay otros que cuestan hasta mil 500 pesos. Y es que la piel curtida le da un toque particular para las personas que se quieran excitar por medio con un poco de dolor.
Para este 14 de febrero, su tienda es una opción para las persona que busque recomenzar con su relación, o iniciar una nueva.