Kevin dejó de contestar su teléfono celular la mañana del 27 de marzo de 2022; desde entonces sus padres no dejan de buscarlo, aunque eso implicó reciban constantes amenazas y el uso de chalecos blindados.
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Soraya Ana dejó a un lado su tristeza, también su rutina diaria para tomar valor, coraje y convertirse en una investigadora para dar con el paradero de su único hijo varón.
El muchacho tenía 15 de días en la capital de Baja California, tras llegar de Estados Unidos en donde vivía con unos tíos.
Su madre recuerda que Kevin no quería estar de ocioso mientras estaba de visita y por eso salió a buscar trabajo.
Con alegría comentó que lo habían contratado en Shots Bar; sería guardia de seguridad y entraba la noche del viernes 26 de marzo, así que sus padres y su pequeña hermana lo llevaron a la zona de los antros.
Al siguiente día se fue sólo, llevaba consigo su teléfono celular. Ingresó al bar, pero nadie lo vio salir.
El Shots Bar es el mismo en donde el 8 de abril de este 2023 desaparecieron tres muchachos.
Eso desató una serie de protestas de familiares y amigos; incluso la quema de una parte de ese antro.
Las 72 horas
La madrugada del domingo 27 de marzo de 2022, Kevin no volvió a su casa, por eso sus padres comenzaron a llamarle por teléfono pero no les contestó. Las llamadas se iban directo al buzón.
“A las seis de la mañana que no llegó creímos que fue a desayunar con sus amigos. Pero al paso de las horas se nos hizo raro porque él no salía a los bares, era más de reunirse con sus amigos en sus casas”, recordó Soraya Ana.
Después comenzó a recibir llamadas telefónicas y mensajes de los amigos de su hijo, quienes le preguntaban por el joven.
Juan Gonzalo Moreno y su esposa Soraya Ana Villarreal acudieron a la Fiscalía General del Estado (FGE) para denunciar la desaparición de su hijo, pero como siempre sucede, los agentes ministeriales les advirtieron que no era momento, que debían pasar 72 horas.
A pesar de no ser cierto, lo hicieron y optaron por adelantarse e ir a buscar su cadáver en el Servicio Médico Forense, después en los hospitales e incluso en la Dirección de Seguridad Pública.
No lo encontraron. Al pasar las 72 horas fueron al Ministerio Público a denunciar la desaparición de Kevin Moreno Ana, de 20 años, cuya pesquisa señala que la última vez se le vio en el Shots Bar ubicado en el bulevar Benito Juárez.
Ambos padres iban a diario a la Fiscalía para conocer los avances, pero sólo les decían que estaban trabajando. Dos meses después, descubrieron que los detectives no habían avanzado nada. La carpeta de investigación estaba en blanco.
Investiga secuestros
El matrimonio empezó a conseguir información e iban al bar Shots para buscar a posibles testigos.
Platicaban con jóvenes, pero todo era inútil. Aunque su persistencia los hizo llegar a saber que su hijo sí laboró esa noche y madrugada al exterior de los sanitarios.
Esos datos los entregaban a los agentes, pero al ver que no hacían nada, insistieron en entrevistarse con la Fiscal en turno.
Fue así que cuatro meses después, el caso Kevin lo atrajo la Fiscalía de Combate al Secuestro.
A pesar del tiempo perdido, lograron obtener la identidad de empleados, a quienes los agentes empezaron a entrevistar sobre lo sucedido esa noche.
Algunos aseguraron que jamás lo vieron, otros que lo miraron parado afuera de los baños y otros que lo miraron pero nunca hablaron con él.
“Parecía que hubieran educado a los meseros y guardias para saber qué contestar, no salían de lo mismo”, describió Soraya.
El disco duro con los videos
También la FGE insistía a los representantes del bar que entregaran una copia de los videos grabados esa noche, al interior y exterior del inmueble y a pesar de que el abogado del lugar decía a las autoridades y familiares que estaban dispuestos a colaborar para encontrar al joven y que existía una decena de cámaras, no se dieron los avances que esperaban por lo que buscaron al fiscal general del Estado, Iván Carpio Sánchez, quien los recibió y le contaron todas las peripecias sufridas.
Finalmente, seis meses después de la desaparición de Kevin, el bar entregó un Disco Duro que al momento de revisarlo resultó no contener nada.
El abogado argumentó que cada 72 horas se borraba la cinta y que esta se regrababa, tal vez por eso no estaban los videos. Pero tampoco los de horas antes, ni después se encontraban, estaba completamente vacío.
La Fiscalía optó por pedir ayuda al Buró Federal de Investigaciones (FBI), quienes analizaron el disco duro por varias semanas y lograron recuperar una grabación de apenas 4 segundos, en donde se ve Kevin en el interior del Shots Bar.
El cártel del Shots
Durante todo el 2022, en el Bar Shots desaparecieron otros ocho jóvenes, todos clientes; cada uno en circunstancias diversas y meses distintos.
Algunos afuera, otros al ir curiosamente a los baños que están en el interior del inmueble, pero sus amigos creían se habían ido a otro bares que están a los costados del mismo bulevar.
Tres más desaparecieron el 8 de abril de 2023. Andrés Verdugo Fragoso, de 22 años, fue privado de la libertad afuera de ese antro.
Casi al mismo tiempo, acudieron al baño David Melesio y su amigo Jesús Bramasco Hernández, de 22 años de edad, ellos son los únicos desaparecidos que se sabe, se conocían entre sí.
El fiscal general del Estado Iván Carpio Sánchez sostuvo que ninguno de los casos tiene una conexión de amistad o afinidad en alguna circunstancia.
Lo que sí descubrieron del caso Kevin es a un grupo delictivo dedicado al narcomenudeo que tiene como centro de operaciones ese inmueble.desde el caso Kevin es a un grupo delictivo dedicado al narcomenudeo que tiene como centro de operaciones ese inmueble.
“Una de nuestras hipótesis deductivas indican la posibilidad de que un grupo de personas sí tenga conexión entre sí, nos referimos, por supuesto, a los que pudieran resultar responsables”, respondió al ser cuestionado sobre una organización dedicada a la venta de drogas.
Hasta el 28 de abril, la Fiscalía General del Estado (FGE) informó que tiene a ocho personas bajo investigación por esa triple desaparición, algunos son empleados del bar, otros laboraron ahí y algunos clientes asiduos.
El chaleco antibalas de Soraya
Soraya, madre de Kevin, cambia a diario la rutina para ir a su casa, recoger a su hija e incluso ir a comer a cualquier restaurante en Mexicali, lo mismo hace su esposo Gonzalo pues temen también por su seguridad.
La primera amenaza los tomó por sorpresa, pues regresaban de ir a festejar el cumpleaños de su hija.
Sonó dos veces su teléfono celular y contestó con el altavoz activado del auto.
“¡No sigas chingando!, ¡Ya bájale de huevos sino mañana te vamos a chingar!”, le advirtió un hombre, lo que aterrorizó a la familia y a esa llamada le siguieron otras.
A partir de entonces, cuando la familia debe salir a la calle, usa chalecos blindados.
En su búsqueda también se unieron al Colectivo Madres Unidas y Fuertes, con quienes mantienen comunicación para buscar a personas, entre ellas a su hijo y los otros 11 jóvenes que desaparecieron en el Shots.
Los carroñeros buscan raja política
Para Soraya Ana Villarreal la investigación de su hijo ya avanza y considera que para que tenga éxito, como el de los demás muchachos, deben cuidar sus declaraciones.
“Antes no tenía fe, pero a raíz de que tenemos contacto directo con el fiscal Iván Carpio sabemos que el caso avanza”, aseguró.
Sin embargo, ahora le preocupa que a raíz de la desaparición de los tres jóvenes, el pasado 8 de abril, comenzaran a salir diversos personajes a dar declaraciones.
“No estoy de acuerdo en que vengan ‘carroñeros’ políticos, que tomen esta bandera y pidan destituciones como la del Fiscal”, declaró la madre de Kevin, “Esta lucha es de nosotros”, aseguró.
“Por eso no queremos que se politice pues ahora resulta que salen expertos en seguridad”.
Teme que por este tipo de presiones se cambie a fiscales pues echarían a perder todo el trabajo para encontrar a los responsables de esta serie de desapariciones en Mexicali.
“¡Imagínate! ¿Llega otro fiscal nuevo y no tendremos el acceso directo a él? Además afecta a las investigaciones porque no sabrá ni lo que existe y es volver”, lamentó.
Para Soraya se requiere de supervisión de los policías municipales y del gobierno municipal para que esos casos no sucedan, pues sostuvo que ellos sabían lo que pasaba y nunca hicieron nada.
A once meses de la desaparición de su hijo, no pierde la esperanza de encontrarlo, saber qué sucedió y que las autoridades lleven a juicio a el o los responsables.
ledz