La Barranca, en todo su esplendor

Esta Área Natural Protegida es un destino importante para hacer deporteo simplemente para admirar la gran biodiversidad del bosque tropical.

Guadalajara /

La vecina del norte está en sus mejores galas.

Desde que comenzó el temporal y, a diferencia de otras, ella disfruta de la lluvia, la humedad y las corrientes de agua...y ya se vistió de verde en todos los tonos y matices.

La barranca de Huentitán, como es conocida esta depresión geográfica de más de 500 metros de profundidad, se ubica al norte de la zona metropolitana y se convierte en esta época en un recorrido obligado para los amantes de los paisajes, el senderismo,ecoturismo, botánica, y de quienes solo desean someterse a un esfuerzo físico fuera de lo usual en un entorno inigualable.

Si bien esta depresión tiene accesos distintos y varios nombres según el tramo al que se refiera (de Huentitán, de Oblatos, de Ibarra, del Santiago), una de las entradas más conocidas es la que se ubica en el extremo norte de la avenida Belisario Domínguez, en el municipio de Guadalajara.

Al punto se puede llegar en la nueva ruta empresa Artesanos-Tlaquepaque, o en las rutas 66,80, 80B y 603 A (Huentitán), en bicicleta y si se va en carro hay un estacionamiento descubierto unos metros antes. Este parque se abre antes del amanecer todos los días y cuenta con la presencia permanente de al menos una dupla de policía-rescatista porque, debe advertirse, quienes quieran bajar deben estar conscientes de que entre más quieran explorar, mayor será el esfuerzo para regresar a la superficie y el riesgo de lastimarse si no se conducen con prudencia. En el camino hay uno que otro cenotafio que nos recuerdan que en un descuido se puede dejar el alma y vida en el camino.

Zapato tenis o calzado muy cómodo es lo obligado, pues el recorrido es sobre empedrado y terracería y siempre con curvas y pendientes pronunciadas.

Según sea el propósito de la visita tenga cuidado con lo que se lleva, pues no se recomienda bajar objetos pesados (como braseros, hieleras voluminosas ni garrafones de agua), ya que si bien hay espacios para hacer un día de campo, considere el regreso de subida con esos objetos.

Bajada esperanzadora

Tras pasar un portón deteriorado que sirve como entrada al parque comienza una breve caminata descendente en un primer tramo de adoquín que combina escalones con una delgada rampa en su centro, hasta llegar a la Capilla, que es el primer mirador desde el cual ya se aprecia la magnitud y enorme belleza de la barranca. Al acudir por la mañana es impresionante al ver el ascenso de la humedad en forma de nubes.

En este tramo se ven, a los lados del camino, un par de casuchas de cartón y lámina de personas que igual venden alimentos que ofrecen sus servicios como “sobadores” de torceduras. Al despejarse un poco el cielo se ve perfectamente el otro lado de la barranca.


Tras las oraciones de rigor ante la cruz de la Capilla y el calentamiento necesario en este último espacio plano los paseantes se aprestan a comenzar el recorrido a las entrañas del cañón: el sendero de adoquín se acaba a los primeros metros para dar paso a un camino angosto y zigzagueante como serpiente que se pierde entre un profundo bosque tropical.

Cada curva está numerada, las han rotulado agrupaciones de amantes de la barranca; de bajada cada número pasa desapercibido, pero al regreso elconteo será inevitable, sufrido y hasta angustiante para algunos.

Por el temporal de lluvias se formaron pequeñas caídas de agua, como cascadas bonsái, que se pueden admirar mientras se camina; una gran vegetación rodea el camino que por momentos tiene pequeños descansos, tramos planos de muy corta longitud; así se llega a las vías del malacate (como se le conoce al destartalado funicular que corre sobre rieles y que es jalado con un cable por un gran malacate eléctrico, pero cuyo uso es exclusivo para trabajadores de la Comisión Federalde Electricidad). Allí, bajo de ese puente están los vestigios de un pequeño nicho donde algunos lanzan la piedra del recuerdo mientras piden un favor, hacen oración o piden se les conceda regresar con bien. Va la mía, pues al montón.


Seguimos caminando rodeados de una espesa vegetación. Siguen tramos menos empinados, casi planos hasta llegar al mirador, el cual muchos consideran la mitad del recorrido. Aquí es donde se debe valorar si se tiene la condición física para seguir o retornar; si se decide seguir, el paseo será coronado al llegar al río al fondo de la barranca, pero antes se pasará por paisajes tropicales con grandes rocas y otro nicho tallado en una roca y con una reciente imagen de la Virgen de Guadalupe.

En el camino se encuentra uno con paseantes asiduos y pobladores de la zona que generalmente saludan deseando los buenos días a todo a quien se encuentran asu paso. Hasta raro se siente ver tanta amabilidad (que así fuéramos todos los de allá arriba, me digo).

En el camino se experimentan cambios de climas: según la hora en que se visite, se puede empezar con un ambiente semi invernal arriba, atravesar por uno primaveral y terminar en el fondo con un cálido y húmedo ambiente que recuerda la playa. Abajo estará a unos mil metros sobre el nivel del mar aproximadamente, y, si tiene cuidado, es posible apreciar iguanas, ranas y fauna similar en las orillas del río.


En la parte baja, si caminamos hacia el poniente llegamos al reubicado puente colgante de Arcediano y al sitio donde estuvo un pequeño poblado con el mismo nombre; si se camina hacia el oriente es posible llegar a la delta que forma la unión del río Verde con el Santiago que actualmente luce caudaloso y desafiante. Muchos hacen aquí su picnik, el entorno es el ideal.

Sufrido, pero gozoso

En el fondo se aprecian mejor los acantilados, las capas de tierra y las laderas de la barranca, pero, cuidado con demorar demasiado en este pequeño paraíso, pues el regreso a la superficie nos consumirá más tiempo que el que empleamos en la bajada: al menos el doble, recomiendan, pero según la condición de cada persona, ¡Ah! Y no olvide que aquí oscurece más temprano, dice otro paseante frecuente; estamos en un “hoyo”.

Algunos recurren a atajos, pero no se recomienda dejar el camino principal si no se conoce la zona. De adolescente lo hacíamos, ahora “ya se la piensa uno”. Tampoco recomiendan subir por las vías del malacate, pero decenas de personas lo hacen. Cada quién.

En el ascenso se valora como pocas veces el triste medio litro de agua que se deja de reserva para medio refrescar la garganta y poder continuar entre un mar de sudor. Con cada paso se siente que se acomoda cada nervio y cada músculos de las piernas, de la cadera, de los tobillos, de cada dedo del pie que se esfuerza por ir unos centímetros más arriba para seguir el ascenso; se jala cada vez más aire y se siente cómo se oxigenan sus pulmones y se gana energía en cada bocanada.

Si usted es atleta seguramente le resultará menos extenuante el regreso, pero si no lo es –como la mayoría de nosotros- hay que descansar en cada oportunidad, tomar tiempo para recobrar el aliento y apreciar el entorno… y continuar, paso a pasito.

“Uuuf, ‘curva 30’, ya nada más me faltan 29 y llego”… pero a la Capilla, porque falta la pendiente de adoquín para alcanzar finalmente la superficie y tener una nueva experiencia qué contar sobre la hazaña de haberse metido, y haber salido airoso, de la vecina del norte.

Claves

Parque al alcance

La barranca es una zona que fue declarada Área Natural Protegida (ANP) desde 1997. Su administración y manejo está a cargo del Ayuntamiento de Guadalajara. En su recorrido se aprecia vegetación de tipo bosque tropical caducifolio (o selvaseca caducifolia), es decir, que pierde hojas en tiempo de secas.

Dirección: Avenida Belisario Domínguez norte junto al 4464

Horario: de 6:00 a 19:00 horas todos los días del año.

Entrada: gratuita

Profundidad promedio:530 metros

Longitud del recorrido: 4.5 kilómetros hasta el antiguo sitio del puente de Arcediano

Está prohibido: Llevar mascota, acampar, consumir embriagantes, cazar, dañar la flora, encender fogatas, tirar basura, entrar en bicicleta y subir o bajar por la vía del malacate.

Se recomienda: Considere su condición física antes de bajar, usar zapato tenis o calzado adecuado para caminos empedrados, no tomar agua de los veneros, no llevar objetos de valor como alhajas, evitar nadar en el río y acuda acompañado.

Seguridad: Hay presencia de la Policía de Guadalajara sólo en los puntos más concurridos.

Telefonía celular: La señales de nula a muy pobre en el camino; en el fondo es fluctuante.

SRN

  • Celso Mariño

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