El estado de Yucatán se localiza al sureste de México, colindando con Campeche y Quintana Roo, es conocido por sus grandes playas como Progreso, Santa Clara y Las Coloradas; también es visitada por la historia detrás de las zonas arqueológicas de la cultura maya como Chichén Itzá, Kabáh y Uxmal.
Detrás de esta cultura se esconden grandes leyendas que se han transmitido desde los ancestros, una de ellas es la historia del monstruo mexicano, Huay Chivo. La palabra Huay viene del maya y significa "espíritu o hechicero", por lo que el Huay chivo es un espíritu que utiliza al chivo para manifestarse en la tierra.
La historia del Huay Chivo
La leyenda, recogida por el gobierno de Yucatán en su página de internet, narrra que en la península existía un niño que era muy aclamado por su habilidad de utilizar plantas para curar los males de la gente; cuando creció se volvió en un hechicero, pero sus hechizos no eran lo suficientemente buenos para satisfacer las necesidades de la gente del pueblo.
Un día, el hechicero se enamoró de una joven proveniente de una familia cuidadora de cabras, ella iba al campo todos los días; él trataba de hacerse notar frente a ella, pero la joven mujer lo ignoraba. Al ver su indiferencia, el hombre conjuró un hechizo para convertirse en cabra y así poder pasar el resto de sus días junto a la joven.
Sin embargo, el conjuro no fue lo que esperaba, el hechicero invocó a un espíritu maligno que lo convirtió en un ser horripilante con patas y cuernos de cabra, por las noches podía transformarse en un gran chivo de ojos rojos. Lleno de odio y con los poderes que le daba el espíritu que lo poseía, comenzó a robarse el alma de las personas, llenándolos de desgracias.
Desde aquel entonces el Huay Chivo busca saciar su espíritu con almas, mientras que su naturaleza de chivo lo sacia con gallinas o animales pequeños de granja.
Cuenta la leyenda que si caminas por la noche en las calles de la península de Yucatán podrías encontrar el Huay Chivo, una especie de hombre con patas y cuernos de cabra, con ojos rojos brillantes que, si los miras directamente, te roba parte de tu alma y en los días siguientes experimentarás catástrofes en tu vida: enfermedad, pérdida de tierras y hasta la muerte.
Si se logra esquivar la penetrante mirada del Huay Chivo solo se sentirá un viento helado y podrás seguir tu camino.
Se desconoce donde habita el Huay Chivo, algunos dicen que sobre los árboles, otros dicen que se entierra en el bosque para poder descansar y salir por la noche, otro más dice el inframundo es su morada. ¿Te atreverías a comprobarlo?
MJVR