La Primavera quedará aislada en pocos años

Las tendencias apuntan a cortar todos los corredores biológicos y acentuar la extinción de sus bienes naturales; POTmet no es opción, advierte estudio

El bosque La Primavera, hoy alcanza 37 años de haber sido decretado como área de protección de flora y fauna
Agustín del Castillo
Guadalajara /

El bosque La Primavera, que hoy alcanza 37 años de haber sido decretado como área de protección de flora y fauna, tiene importantes problemas al interior del polígono que demandan atención permanente, pero sin duda, su mayor enemigo está afuera de sus linderos: las tendencias de urbanización de los municipios metropolitanos lo podrían dejar aislado como parque en menos de tres décadas, con efectos desastrosos sobre su diversidad biológica y sus servicios ambientales.

Esta es parte de las conclusiones de un documento elaborado en 2015 y 2016 por iniciativa del organismo público descentralizado que lo gobierna, con la idea de establecer las bases de una revisión del programa de manejo y de las políticas de gestión que demanda un área boscosa con 36 mil hectáreas originales, que fue decretada en 1980 con solo 30,500 ha –fruto de la negociación de exclusiones por poderosos grupos inmobiliarios- y que hoy permanece vigente en alrededor de 29,900 ha, por la exclusión legal del ejido Santa Ana Tepetitlán a su polígono, consumada en 2009 por orden judicial.

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El análisis, denominado Diagnóstico Estratégico para la Gestión del Bosque La Primavera, reconoce el enorme desafío que plantea el crecimiento urbano descontrolado del área metropolitana; la visión pesimista se fundamenta en los datos duros de la planeación urbana del pasado, en particular, el Plan de ordenamiento de la zona conurbada de Guadalajara, que había establecido ciertas cotas de ocupación urbana ordenada, lo que fue cumplido en 80 por ciento en cuanto a las reservas urbanas marcadas, pero por afuera de sus previsiones, se urbanizaron la mitad de las áreas de transición establecidas, se perdieron 27 por ciento de las zonas agrícolas y más de dos mil ha de áreas de conservación. Además, 5,488 ha fueron urbanizadas totalmente fuera del plan de 1982.

En particular, el Comité Ciudadano del OPD, consultado para elaborar el documento, señala que hoy, no hay elementos objetivos para considerar que la nueva planeación metropolitana (el POTmet data apenas de junio de 2016) y los organismos creados para generar el sistema metropolitano, como están ahora, vayan a evitar el desastre: el Plan de Ordenamiento Metropolitano sólo señala de forma indicativa “aptitudes de urbanización” pero no plantea ni una estricta zonificación ni herramientas para contener el desorden urbano.

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De este modo, las vías de la urbanización descontrolada están presentes en la actualidad en torno a infraestructura nueva o modernizada: el Macrolibramiento de Guadalajara, la carretera a Nogales y el circuito Sur son los ejes de la apertura de fraccionamientos habitacionales y recintos industriales que cada vez complican más el paso de especies silvestres que alimentan el bosque (ver gráfico contiguo).



TENDENCIAS

La tendencia se analiza en los planes con la idea de evitarla. Pero la realidad, conformada por un mercado inmobiliario fuerte y con gran poder de lobby a nivel de presidencias municipales, gobierno del estado y gobierno federal suele convertir esas previsiones en realidades.

“De acuerdo con la Evaluación de los Ecosistemas del Milenio, en los escenarios de proyección se indica que las presiones sobre los ecosistemas en todo el mundo continuarán creciendo durante la primera mitad del presente siglo. Los principales generadores directos de cambio en los ecosistemas son el cambio en el uso del suelo y modificación física de los ríos o la toma de agua en los mismos, la sobreexplotación, las especies exóticas invasoras, la contaminación y el cambio climático. Estos generadores directos suelen ser sinérgicos [es decir, se benefician mutuamente, por lo que no se les puede enfrentar de forma aislada] e interactuar de manera que producen variaciones repentinas y cambios drásticos no lineales”, señala el documento (página 211).

Así, “la ciudad de Guadalajara en su conjunto continuará siendo receptor de flujos migratorios que se originan en las zonas rurales o en otras ciudades de todo el país, además de absorber el crecimiento de su propia población. Las proyecciones para el entorno urbano del bosque La Primavera muestran que continuará el crecimiento demográfico sostenido al 2045 […] este crecimiento genera patrones de ocupación de suelo específicos, ya que, por un lado, las tasas de crecimiento de la población no son homogéneas entre los municipios que integran la Región Centro-Valles, y por el otro, los factores que condicionan la ocupación del territorio son distintos en cada uno de ellos, como el valor del suelo, la disponibilidad de vivienda y el acceso a fuentes de empleo, lo cual incide en la distribución de la población creciente y los patrones de desplazamiento interno”.

Si se revisa con ese enfoque, “los municipios en los que se espera un mayor crecimiento por ha son aquellos que comparten territorio con el bosque, lo que incrementa la presión sobre éste”. Si se revisa el caso Zapopan, “las áreas en donde se espera un mayor crecimiento es en el valle de Tesistán y el Bajío de La Primavera, con lo que se agudiza el problema de la interrupción del corredor biológico de la Primavera hacia la barranca [del río Santiago] y de la fase escurrimiento-infiltración que es fundamental para la sustentabilidad de los servicios ambientales hidrológicos que presta el bosque a la ciudad”.

Eso respecto al oriente del polígono, que colinda con la ciudad. El poniente, que colinda con Tala y El Arenal, tampoco presenta tendencias optimistas. “Tala y El Arenal presentan un alto incremento poblacional, lo que implica una mayor demanda de suelo, adicional a la que propicia la expansión urbana del AMG”. La integración del área metropolitana “supone un mejorado acceso a recursos de inversión para infraestructura, elevando con ello el riesgo de antropización [es decir, presencia humana permanente] de los corredores biológicos del sistema natural en el que está inscrito el bosque”.

En general, para la expansión urbana, “tanto el macrolibramiento como el circuito sur se convierten en los nuevos ejes semicirculares aceleradores de la expansión urbana, como ha ocurrido en su momento [previo] con los ejes perimetrales de avenida Circunvalación, avenida Patria y Anillo Periférico […] la presencia de estas infraestructuras hace más apto el suelo para el desarrollo urbano, elevando nuevamente el riesgo de antropización de los sistemas naturales en la región”.

El efecto del Circuito Sur y el Macrolibramiento “se empieza a hacer notar en los planos de aptitud de suelo para el desarrollo urbano [del POTmet], aún antes de su entrada en funcionamiento […] de no incorporar otros criterios de ordenación del territorio más allá de la aptitud para el desarrollo urbano, el escenario es que el bosque La Primavera quede confinado al polígono de protección, totalmente aislado del sistema natural al que pertenece”.


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CLAVES

"Estado de emergencia"

El POTmet establece más de 40 mil ha de reserva urbana vigente en los diferentes instrumentos municipales y federales, para toda el AMG; y señala que su ocupación puede ser en corto, mediano y largo plazo

“Si bien se señalan distintos plazos para la utilización de estas reservas, al contrastar lo previsto en el Plan de Ordenamiento de la Zona Conurbada de 1982 se puede anticipar lo que ocurrirá con ellas”, señala el documento de diagnóstico de La Primavera

Las cifras del plan de 1982: 80% (10,005 ha) de las reservas urbanas que contemplaba el plan se urbanizaron; 50% (9,435 ha) de la superficie del área de transición se urbanizó; 27% (13,282 ha) de las áreas agrícolas se perdieron por la urbanización; 9% (2,097 ha) de superficie de áreas de conservación se perdieron por la urbanización y aproximadamente 5,488 ha se urbanizaron fuera de los límites que se habían marcado (4% del polígono de la zona conurbada)

El comité ciudadano del bosque La Primavera plantea generar un “Estado de emergencia”, pues “nos encontramos en un momento límite para la protección de La Primavera y los servicios que presta. Si no tomamos acciones y medidas contundentes, visibles, efectivas y coordinadas a corto plazo, será cada vez más complicado cambiar la inercia de degradación al interior, y en equilibrio con la zona externa, del área natural protegida”

Es decir, se debe cambiar el rumbo con “la generación de estrategias y políticas públicas que deriven en un Plan de Emergencia, que sea capaz de integrar las dinámicas de desarrollo económico y crecimiento de la ciudad con una visión del desarrollo en la que la conservación del bosque sea el eje rector”

En la dimensión espacial, “se señala la necesidad de una gestión integrada del perímetro de protección con su entorno inmediato a través de la formalización del área de amortiguamiento definida en la declaratoria del bosque como reserva [mundial] de la biosfera, y de la articulación de políticas públicas para el desarrollo sustentable entre todas las instancias que integran la Junta de Gobierno del bosque”

En lo que respecta al eje del tiempo, “se señala la necesidad de actuar en lo inmediato desde la perspectiva del estado de emergencia en el que se encuentra el bosque, y por otro lado en una visión de largo plazo en el que se actúe de manera estratégica y dando a La Primavera una proyección internacional de acuerdo a la importancia que tiene como socioecosistema único”

Fuente: Comité ciudadano del OPD Bosque La Primavera

MC

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