Uno de los mejores 15 proyectos arquitectónicos sustentables del mundo se construye en la delegación Iztapalapa, en Ciudad de México.
Se trata del Parque Hídrico La Quebradora, un proyecto de acupuntura hidrourbana que ayudará a resolver el problema de escasez de agua, y dotará de un espacio público de recreación a una de las zonas más inseguras y marginadas de la capital del país.
El predio de cuatro hectáreas era utilizado como un vaso regulador, pero al mismo tiempo también era un tiradero de cascajo y un foco rojo de inseguridad.
El proyecto fue creado por el investigador de la UNAM Manuel Perló y la arquitecta Loreta Castro. Compite contra otros 15 proyectos a escala mundial por el Premio Lafarge Holcim de arquitectura sustentable, el más importante del mundo.
“Queremos que sea un lugar donde el tejido urbano se fortalezca, donde la gente se encuentre y forme grupos comunitarios, sociales, para que se practiquen deportes, que le interese a la gente; donde puedan venir personas de la tercera edad, niños, familias, jóvenes y toda la ciudadanía que vive en esta zona”, señaló Perló.
El terreno, que está en obra, mantendrá su vocación de vaso regulador a través de dos reservorios que tienen grietas naturales para filtrar agua, lo que ayudará a evitar inundaciones en las colonias aledañas.
Con una inversión de más de 230 millones de pesos, se construirá en el lugar una librería, cafetería, skate park, canchas de basquetbol y voleibol, juegos infantiles, gimnasio y teatro al aire libre para 300 personas. También contará con lugares cerrados como un centro comunitario con espacios en renta para que se realicen actividades como clases de zumba, aeróbics y una aldea digital.
Estos servicios beneficiarán a 28 mil habitantes de la zona en un radio de 670 metros cuadrados. A este sector se le aumenta su disponibilidad de espacio público de 1 a 2.97 metros cuadrados de área libre.
“Pensamos en incorporar otros servicios que tuvieran que ver con el agua, todo esto junto con un espacio público digno, bien diseñado, que pueda ofrecer servicios y dé acceso a las amenidades urbanas en una zona de la ciudad donde existen las carencias más fuertes”, agregó el investigador.
La obra aumenta la capacidad de infiltración de agua en 50 por ciento, triplica la cantidad de árboles de la zona con vegetación endémica e implementa más de 10 mil metros de áreas culturales, deportivas y recreativas que fueron sugeridas por la comunidad.
A su vez, la arquitecta Loreta Castro explicó que para el diseño del parque se tomó como base la estrategia de plataformas que se utilizó en la época prehispánica. Además, se construye con el mismo material que hay en el lugar.
Lo que la población verá en todo el parque es una muestra de vegetación de la zona como palo loco, pirul, jacarandas, ahuehuetes, salvia, lavanda y distintas flores.
Cada una de las plataformas genera una serie de plazas y caminos que se distinguirán por la especie que haya sido plantada.
“Tenemos la plaza de las jacarandas, la de colorines, los ahuehuetes, los sauces llorones, que son árboles que crecen en las zonas de agua, además de plataformas jardinadas y los pavimentos. No solo los muros que contienen las plataformas van a ser de piedra, también muchos de los pavimentos y otros de concreto lavado permeable”, abundó.
Como la inseguridad es un tema de preocupación para los habitantes de la zona, el parque estará muy iluminado y vigilado las 24 horas. Tendrá siete accesos y salidas para que se convierta en una zona de paso permanente.
Además, se prevé que todo el proyecto se abra hacia la calle Paraíso, una de las más inseguras de la zona. También se reubicará al comercio informal a esa misma vía para generar una especie de vida nocturna.
“La calle Paraíso es la que está detectada como la más insegura, y es lógico porque está entre dos muros cerrados que miden 300 metros de longitud. Estará el teatro dando funciones y además los comercios ofrecerán comida, que es lo que más se vende. La idea es traer vida a esa vía y que el parque en sí se convierta en un lugar de cruces, que facilite la movilidad”, puntualizó.
Este proyecto incluye la captación y potabilización de decenas de litros de agua al día, que se podrán repartir en cuatro pipas diarias hacia las diferentes colonias de Iztapalapa. “No quiere decir que con este proyecto vamos a resolver el problema, pero estamos sentando un precedente”.