La ruta de la pitaya

Con los meses de abril, mayo y junio, llega a Guadalajara una verdadera tradición disfrazada de un delicioso y colorido manjar; las pitayas, pero, ¿cómo es que llegan las pitayas a Guadalajara?

Con los meses de abril, mayo y junio, llega a Guadalajara una verdadera tradición disfrazada de un delicioso y colorido manjar; las pitayas
En los puestos ofrecen variedad de la fruta. (Francisco Martínez)
Martha Calvillo
Guadalajara /

Cada que llegan los meses de abril, mayo y junio, llega a Guadalajara una verdadera tradición disfrazada de un delicioso y colorido manjar; las pitayas. Este jugoso y suculento tesoro también es conocido como la fruta del dragón y año con año se puede saborear en las Nueve Esquinas, lugar donde se compra y se vende, aunque este año es diferente ya que por la contingencia por coronavirus, se trasladaron al jardín de Mexicalzingo. 

Pero, ¿cómo es que llegan las pitayas a Guadalajara?

Todo se remonta a hace 60 años, cuando Elisa Becerra, llegó por primera vez a las Nueve Esquinas a vender esta peculiar fruta, y de ese modo inauguró esta tradición. Elisa, junto a su esposo Joaquín López comenzaron con la difícil tarea de cortar, pelar y transportar la pitaya desde Techaluta de Montenegro directo a los paladares de los tapatíos.

La pitaya se da en Jalisco, sólo en tres lugares; Sayula, Amacueca y en el pueblo de Techaluta de Montenegro que es conocido como la cuna de la pitaya.

Hay personas que se dedican a la venta de pitayas desde hace más de 20 años

Las jornadas de los pitayeros (los que venden) son de 22 horas al día pues para que llegue limpia y fresca tienen que comenzar a cortarla desde las 23:30 horas.

Una carrera contra reloj

Una vez terminada la venta del día, los pitayeros desmontan su puesto, limpian el área y cargan su camioneta con las canastas de mimbre en las que transportan las pitayas.

El reloj avanza. Comienzan el viaje a Techaluta, sobre la carretera platican de las ventas. Paran en una gasolinera y aprovechan la parada para comprar leche y galletas, esa es la cena.

Luego de una hora y treinta minutos de camino llegan aproximadamente a las 22:45. Sólo una hora para dormir. A las 23:30, comienza la jornada, cargan una camioneta con botes de plástico, unos palos adaptados con cuatro picos de metal que facilitan el corte, y linternas de cabeza para poder ver con claridad la fruta.

En total seis hombres llegan a la primer huerta de poco menos de media hectárea y comienzan a cortar, en medio de la oscuridad, los cortadores aluzan los pitayos y aseguran se dan cuenta de que la fruta está madura y apta para llevarla a vender por que brilla.

Uno a uno recorren los pitayos con cuidado para no espinarse aunque a veces es inevitable pues hay ocasiones en las que tienen que apoyarse en ellos para alcanzar alguna pitaya. Así, armados además con una grabadora de mano amenizan la jornada con ritmo de banda y poco a poco a comienzan a llenar los botes con las pitayas.

Para cortar la pitaya, usan unos palos adaptados con cuatro picos de metal que facilitan el corte

Todos están en movimiento, el reloj avanza, mientras, en casa cuatro chicas comienzan a pelar la fruta, el proceso es sencillo y complicado a la vez, con una pinza de plástico o metal toman la fruta y con un cuchillo pequeño comienzan a retirar las espinas eso es relativamente fácil pues las espinas ceden muy rápidamente, lo complicado comienza cuando por la inercia y la dirección del cuchillo algunas espinas salen volando. Nadie sale ileso de este proceso.

Así durante horas y horas, los muchachos cortan, y las muchachas pelan, alrededor de las 5:00 de la mañana los hombres terminaron de recorrer y cortar las 5 huertas y regresan a casa a pelar.

El tiempo no perdona, todos trabajan. Diariamente el grupo corta y pela alrededor de 4 mil pitayas durante la noche y madrugada, se mantienen despiertos con música, café y chascarrillos entre ellos.

Para que puedan ser transportadas a Guadalajara, ya por la mañana se revisan y separan la pitayas por tamaño pues cada una tiene un precio diferente las acomodan en canastas de mimbre forradas con alfalfa para evitar que se malluguen, una vez listas las canastas cargan la camioneta.

Una vez acomodadas las pitayas en los canastos son cargadas en la camioneta

El tiempo se acaba, a las 8:00 tienen que estar en camino a Guadalajara, todos se apresuran y a la par se toman un pajarete para mermar la fatiga, cargan todo.

Emprenden el viaje, en el camino se encomiendan a el Santo Niño de Atocha santo de los pitayeros, se paran a comprar tacos, el desayuno, también lo hacen en el camino.

Y así día con día durante los dos meses que dura la temporada las jornadas son de 22 horas, las comidas son en el trayecto y su vida transcurre de manera apresurada, todo para traer este delicioso manjar a las bocas tapatías.

Datos

*Las pitayas son sólo de cuatro colores; rojo, blanco, amarillo y morado.

*Desde que se planta un pitayo, no es hasta 10 años después que comienza a dar pitayas.

*Los pitayos son plantas cactáceas muy estables, en cuestión de tamaño, sabor y color, es decir si la primera vez que da pitayas estas son grandes, rojas y dulces, el resto de su vida las dará así, de igual manera si las da pequeñas, blancas y un tanto desabridas así saldrán año con año.

*Un pitayo puede dar hasta 4 mil pitayas que se van madurando a lo largo de la temporada.

*Es un mito que la fruta deje de darse con las lluvias, coincide que para esas fechas ya se acaban.

*El temporal depende mucho de las lluvias, puede comenzar a mediados de abril y concluir hasta junio, ó comenzar en mayo y terminar a finales de junio

*Cuando comienza el temporal, el padre de Techaluta ofrece una misa por los pitayeros y bendice las camionetas para que les vaya bien durante los dos meses.

*La venta de pitayas es la principal fuente de ingresos de Techaluta, aproximadamente el 80 por ciento de la población se beneficia con este comercio

*La venta genera trabajo a cortadores, vendedores, peladores y choferes


*Las huertas de pitayas que existen en Techaluta pertenecen a los pobladores más viejos del pueblo y se las rentan a los actuales vendedores.

​MC