Según el diccionario educar es desarrollar las facultades intelectuales, morales y afectivas de una persona de acuerdo con la cultura y las normas de convivencia de la sociedad a la que pertenece.
El doctor Salvador Franco Canales, conocido como el "profe Chava", educó tan bien a sus alumnos del Instituto Francés de La Laguna, que éstos acudieron masivamente al sepelio de su mentor, ayer, a las 13:00 horas y demostraron lo mucho que su querido maestro les cambió la vida hasta el punto de llorarle sin cansancio, con pena, pero sin vergüenza.
Las lágrimas rodaron no sólo en los rostros de los alumnos, también en las caras de los profesores, los directivos, padres de familia, amigos, colegas, ex alumnos y hasta compañeros de generación, quienes llenaron la capilla de Gayosso para rendir homenaje a ese hombre que sucumbió en la lucha contra la diabetes y males renales a la edad de 62 años, el pasado sábado por la noche.
Las instalaciones de Gayosso y la capilla estaban a reventar.
Antes del servicio religioso, todos: padres de familia, familiares, amigos, alumnos, ex compañeros de generación generosos rezaban el Rosario por el descanso del Profe Chava.
Parecía un concierto, la mitad de los asistentes, "cantaba" una parte del Padre Nuestro y la otra mitad contestaba. Voces fuertes, con toda la intención de que su voz fuera escuchada allá adelante, donde reposaba el féretro con los restos.
Las trompetas de la Banda de Guerra, la compuesta por ex alumnos, más los redobles de los tambores fueron el preámbulo para la llegada del féretro a la capilla ardiente. Y sin timidez, más bien como una muestra de respeto, de admiración y también de dolor: los aplausos de todos retumbaron en el templo. Aquella fue una muy larga ovación.
Casi en las primeras filas, vestidos de negro, estaban sus ex alumnos.
A la Capilla seguía llegando gente. Y como muestra de lo bien que fueron educados por su entrenador de baloncesto, por su maestro de biología, por su tutor, los chicos decidieron levantarse e invitar a todas las mujeres a ocupar esos lugares. En ese detalle de caballerosidad, se notó la influencia.
El sacerdote que ofició la misa adelantó: su profesor les está dando una última lección. En ese féretro frío reposan sus restos, y es lo que a todos nos espera. Alguien más recordó las palabras de la Homilía del vicario de la Diócesis de Gómez Palacio Julio Carrillo en la Catedral de Guadalupe ayer por la mañana: "a todos nos viene bien pensar en nuestra muerte para vivir mejor, piensa que hay un final".
PROFE CHAVA
La profesora Sandra Perezgómez, responsable de Desarrollo Institucional del IFL, recordó que el profe Chava nació el 27 de septiembre de 1956. Estudió en el Francés y desde sus tiempos de estudiante jugó "con mucha entrega y éxito" basquetbol.
Franco Canales decidió estudiar la carrera de Medicina y para poder ingresar a la Facultad de la Universidad Autónoma de Coahuila tuvo que estudiar la prepa simultáneamente en Gómez Palacio en el Francés, porque adoraba esta institución y en Torreón para poder aspirar a presentar examen de admisión en la Facultad, que en ese tiempo sólo aceptaba bachilleres de Torreón.
En el trabajo especial que Milenio Diario La Opinión Laguna publicó con motivo del 80 Aniversario del IFL, el 8 de febrero de 2019, Franco dijo: "Aquí fui feliz de niño y soy feliz de adulto”.
Como entrenador de basquetbol tuvo una actividad larga, 37 años. Por sus órdenes y entrenamientos pasaron infinidad de alumnos, de generaciones. “Tuve mil oportunidades para cambiar de escuela pero algo me llama siempre a seguir aquí, al ver a estos (alumnos jugando básquet), uno quiere siempre ayudarlos a crecer y a superarse, pues uno ve que pueden llegar lejos”.