“Bienvenidos a su pobre casa, que ni es pobre ni es su casa” reza el letrero de bienvenida en el hogar de la familia tabasqueña Ross Rayo, lugar que no conservó ni lo básico tras sufrir el castigo de dos inundaciones, las cuales acabaron con años de trabajo.
Como ellos, miles de damnificados siguen sufriendo los estragos de la naturaleza, tras la emergencia climática de octubre y noviembre.
Olga Rayo y su esposo, Dionisio Ross, viven en la calle 5 de la colonia Casa Blanca. Atrás de su vivienda, la Laguna del Negro desbordó y apenas hace 20 días pudieron regresar para confirmar que su patrimonio quedó prácticamente destruido e inhabitable.
Olga, quien tiene padece hipertensión y diabetes, narra a que no pudo rescatar casi nada. Lo único que pudo salvar fue su refrigerador –que flotó en las aguas que invadieron la sala– y una televisión instalada en lo más alto de la pared.
Viven entre el temor a más inundaciones, pero también el miedo a cocodrilos, serpientes e insectos venenosos les roba el sueño, pues son los nuevos inquilinos que hallaron al regresar a su hogar hace 20 días.
“Todo se lo llevó el agua, que alcanzó hasta metro y medio, y ahora no tenemos nada, ni siquiera cena de Navidad vamos a tener, pues un lagarto se comió los animalitos que tenía (unas aves de corral)”, dice entre el llanto la mujer.
El lagarto no fue lo único, un día después del retorno a casa, Dionisio y Olga amanecieron con una serpiente, una nauyaca venenosa nativa de esta zona tropical con mordedura letal.
En vísperas de Noche Buena, esta familia tabasqueña comenzó a limpiar y a pintar con cal su casa para quitar el moho. El piso y las paredes quedaron dañados, por lo que requieren recursos económicos que no tienen.
A través de la Secretaría dé Bienestar, el gobierno federal destinó en dos ocasiones beneficios económicos para ayudar a los afectados por inundaciones ocasionadas por las lluvias atípicas intensas y el desfogue de la presa Peñitas en los meses de octubre y noviembre. Sin embargo, cientos de miles de damnificados no tuvieron acceso a estos programas.
“La esperanza que teníamos era que nos dieran el vale, cuando menos para pintar la casa porque sí se lleva fuerte cantidad de pintura, pero para nuestra desgracia no fuimos beneficiados”, afirma Olga.
Calles, depósitos de chatarra
El infortunio va de calle en calle y de casa en casa, las aceras se convirtieron de depósitos de chatarra, unos limpian, otros pintan, pero hay vecinos en peores condiciones.
Entre más se avanza, más se asoma la desgracia, la impotencia y la tristeza de los tabasqueños azotados por la naturaleza, la negligencia y la indiferencia de autoridades a un estado en donde nació el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Las historias surgen sin buscar mucho, pues es posible hallarlas hasta bajo las piedras. Muchas están empapadas de ironía y dolor, como es el caso de doña Lucía Rodríguez, quien en medio de la emergencia climática perdió dos hermanos y a su madre por el covid-19. No pudo despedirse de ellas.
“Perdí tres familiares en este mismo año. Hoy mismo mi hermano está cumpliendo un mes de muerto y no pude ir tampoco”, dijo la mujer dolida.
Lucía recibe el cariño y cuidado de Andrea, su mejor amiga y vecina desde hace 30 años, que tres veces a la semana lleva alimentos por agua y tierra, no la ha abandonado y la atiende como si fuera su hermana. Andrea es viuda y su vivienda también resultó afectada, pero vive con un familiar en una zona segura.
“Aquí vengo y le traigo comida, yo tampoco tengo, pero nos tratamos de ayudar unos a otros”, manifestó Andrea.
Las tres mujeres han vivido una doble tragedia: las inundaciones y el covid-19 y, para rematar, también las une la falta de apoyo social, pues, reiteran, hasta ahora han sido ignoradas por la Secretaría de Bienestar.
El lunes pasado, las autoridades iniciaron la segunda fase de ayuda, que consiste en un paquete de enseres domésticos que el Ejército mexicano llevará a cada vivienda dañada. Son en total 200 mil apoyos para afectados de Tabasco y 26 mil 208, en Chiapas. El paquete incluye un refrigerador, estufa, ventilador, licuadora, juego de sartenes y un colchón.
El gobierno mexicano precisó que por tiempos electorales la entrega de 100 mil apoyos se hará hasta el 31 de marzo de 2021 y el resto será a partir del 7 de junio para concluir el 16 de septiembre del próximo año.
RLO