Desde los once años de edad aprendió a inyectar por necesidad y ayudar en un tiempo en que la atención médica era escasa, desde ese momento supo que nació para ser enfermera. Araceli Hernández García es originaria de Juan Aldama, Zacatecas y para cumplir sus sueños desde los 17 años se mudó a la ciudad de Torreón, Coahuila, para empezar a estudiar enfermería en la UAdeC.
Aunque esto implicó un gran sacrificio, como dejar a su familia a quienes agradece por todo el apoyo, no se arrepiente de elegir este camino que le dejó importantes satisfacciones como el agradecimiento y reconocimiento de innumerables pacientes, pero además, la permanente superación profesional y personal.
En México desde 1931 se celebra el 6 de enero como el Día de la Enfermera, y en reconocimiento a quienes ejercen esta profesión, Araceli Hernández ejemplo de tenacidad, compromiso, respeto y amor por su carrera, habla sobre la vocación y la convicción como factores fundamentales para ejercer dicha labor.
Durante más de 30 años sirvió como enfermera, periodo en el que llevó a cabo una constante preparación; como especialista enfermera pediatra, después como enfermera en administración de hospitales. “Fui escalando, fui escalando, como enfermera auxiliar, después como especialista por los estudios”
“A mí me gusta la enfermería, me gusta el cuidado de los pacientes y lo sigo haciendo hasta la fecha, entonces de ahí (Juan Aldama) brinqué a Torreón, anduve buscando a que escuela entrar, presenté en dos escuelas, en aquella época era la Isabela Católica y la UAdeC (Universidad Autónoma de Coahuila), me quedé en la UAdeC por la economía, yo nada más iba a pagar la inscripción, y en la otra mis papás no podían”.
Se graduó como enfermera a los 22 años, y de manera inmediata inició su servicio social en el Hospital Universitario, en donde empezó a trabajar haciendo suplencias durante un periodo de 5 años, y en su búsqueda de encontrar algo mejor, tras varios intentos entró al Seguro Social en donde trabajó por 28 años y medio. Aunque hace siete años se jubiló, continúa ayudando a quienes así lo necesitan.
Para Araceli, ser enfermera es enfrentarse diariamente con retos, es símbolo de pureza, “para mí era aprender cada día algo nuevo, lo que le enseñan a uno que están más arriba que nosotros, y bueno siempre está estudiando, bueno al que le guste, al que no, no”.
Es la cuarta de diez hermanos los cuales la mayoría junto con sus padres continúan radicando en Juan Aldama, Zacatecas, ellos le dicen “Reina” y fue gracias al apoyo de su familia y amor por esta profesión, que como madre soltera de dos hijos, los pudo sacar adelante.
EGO