La famosa laguna de Bacalar y sus siete colores, en el estado de Quintana Roo, están a punto de ser sólo un lindo recuerdo para los habitantes de ese municipio turístico.
The New York Times publicó un reportaje sobre la problemática que actualmente está sufriendo la laguna de Bacalar debido a la contaminación de sus aguas.
Jacqui McGrath solía nadar junto con su bebé de cinco meses en la laguna de Bacalar, hasta que un cuadro infeccioso le provocó a su hijo vómito y diarrea.
La madre, es una médica homeópata de 46 años que llegó de Estados Unidos a Bacalar en 2005, para hacer su servicio social y trabajar en el Hospital General de Chetumal, comenzó a sospechar que los síntomas tenían relación con su rutina de baño en la laguna, reporta el NYT.
El cuadro de su bebé se detuvo cuando decidió dejar de bañarse en la laguna.
La basura, las actividades agrícolas y las aguas residuales son algunos de los factores que afectan a la Laguna de los siete colores, de acuerdo con el diario.
McGrath asegura al NYT que han encontrado bacterias del tipo coliformes fecales como la Escherichia coli, en varias partes de la laguna, que han provocado infecciones en turistas y residentes.
El Dato...Está rodeada de frondosa vegetación en sus más de 40 kilómetros de longitud, y en sus aguas prístinas se perciben hasta siete tonalidades que van desde el turquesa hasta el verde profundo, pues en toda su extensión la laguna posee diversidad en los suelos de fondo y en sus niveles de profundidad.
Desde que Bacalar fue declarado Pueblo Mágico en 2007, el lugar cobró gran popularidad por su zona rodeada de naturaleza, cenotes, atardeceres, y por ser un sitio lejos de la inseguridad y ruido.
"Era uno de los secretos mejor guardados en un estado que concentra grandes atractivos como Cancún, Playa del Carmen o Tulum”, escribe NYT.
Pero la afluencia del turismo tuvo un impacto negativo en el paradisiaco lugar, pues los desechos sobrepasaron la capacidad e infraestructura de la ciudad; el sistema de alcantarillado y drenaje no se dan a abasto, y en época de lluvia, el agua forma ríos negros que desembocan en la laguna.
La contaminación por aguas residuales es uno de los principales problemas en Bacalar, pues ocasiona la proliferación de microalgas y otros organismos coliformes.
“Estos organismos obstruyen la luz y pueden ser infecciosos; ambas situaciones ponen en riesgo la salud humana y la conservación de otras especies”, asegura el biólogo Caballero Hernández. “Al contaminar de esta forma estamos permitiendo que estos organismos aumenten, que cambien las dinámicas propias de la laguna y de los organismos que ahí viven y por lo tanto se ven afectados”.
La laguna ya tiene el 45 por ciento ocupado por residencias particulares, no existe un buen manejo de sus aguas negras ni cuidado de las fosas sépticas.
A simple vista, un turista que visita por primera vez Bacalar no lo nota, pero quienes la conocen desde hace más de cinco años han visto cómo los siete colores, la principal característica que la hacía única, han ido desapareciendo.
jos