El suicidio es un problema de salud pública que está rodeado de mitos, estigmas y tabúes que afecta considerablemente no solo a quien realiza el acto sino a las familias y a la sociedad en general.
Debido al aumento que ha tenido en los últimos años, existe preocupación por parte de especialistas para implementar medidas de prevención y atención a esta problemática en la que se involucra a la familia, instituciones educativas y de salud.
La preocupación de los padres de familia por contribuir económicamente al hogar y la parte emocional de dejar a un lado por sustitutos como sus videojuegos, los teléfonos móviles u otro tipo de implementaciones que han sustituido la parte humana.
Judith Varela, vicepresidenta de profesionales de la Red de Suicidólogos en Latinoamérica, manifiesta que factores predisponentes cómo el abuso sexual, maltrato, bullying, desencadenan en los jóvenes un trastorno en la personalidad como la depresión, trastornos de ansiedad, trastorno postraumático e inclusive, señala que la depresión está teniendo otros tintes con rasgos de manía en donde se puede desencadenar una bipolaridad con rasgos psicóticos.
Explica que algunos jóvenes presentan esta disociación de su identidad en donde muchas veces no están implementados los valores de ¿quién soy?, ¿hacia dónde voy?, ¿qué es de mi vida?, en donde no hay un sentido de vida. Los factores se deben a que hay una falta de desesperanza en los jóvenes, al igual que en los adultos y ancianos.
En el caso de los jóvenes el tipo de suicidio, sería impulsivo debido a que su cerebro todavía no está completamente maduro en el área frontal, mientras que los adultos mayores de 30 años, ya lo tienen decidido que van a terminar con su vida, ese tipo de suicidio sería de tipo neurótico, debido a que se planeó, analizó y se llega a efectuar.
En el adulto mayor, señala la especialista, se va a dejar morir, ya que muchas veces omite, ya no permite medicamento, no permite que se le de algún tipo de tratamiento paliativo y renuncia a su vida. Parte de las acciones en las que se trabaja, sobre todo con los jóvenes es en la implementación de la logoterapia creada por Víktor Frankl, neurólogo y psiquiatra, en donde se establece que hay esperanza de vida.
Apoyo y capacitación
Para atender este problema social que se presenta sobre todo en niños y jóvenes, es necesario implementar protocolos que puedan también generar recursos y capital que sea destinado a la capacitación.
Judith Varela asegura que es una responsabilidad de todos para que se pueda establecer un trabajo multidisciplinario e interdisciplinario, debido a que existen muchas personas que no están capacitadas en el tema de la suicidología, además de que muchas no cuentan con el recurso económico para obtener una certificación.
La responsabilidad es de maestros, psicólogos, médicos, trabajadores sociales e incluso las recepcionistas de una institución, debido a que muchas de las veces son ellas quienes reciben las crisis pero no saben cómo actuar, dar una contención o intervenir en crisis.
Es por eso, dijo, la importancia de que la sociedad en general tenga el conocimiento para poder apoyar de una u otra forma. Falta interés y empatía para poder involucrarse y atender, para que haya una retroalimentación por parte del gobierno como de la sociedad en general, además de que se necesitan más centros de atención, ya que son muy pocos los hospitales psiquiátricos que existen en la región y en los estados de Coahuila y Durango.
La especialista, manifestó que capacitación y actualización en el tema del suicidio, lleva a conocer el comportamiento, no nada más a evaluar la ideación, pues puede haber personas que tengan una idea suicida pero no han pensado en el método, por lo que es importante poder diferenciar si realmente es una idea o se quiere acabar con el problema actual para poder brindarles alternativas y un panorama más amplio de lo que está a su alrededor.
Cifras en aumento
En los últimos años el suicidio figura entre las 20 causas de defunción más importantes a todas las edades a nivel mundial y en México ha tenido un aumento considerable.
Datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), establecen que en 2020 se registraron 7 mil 896 muertes por suicidio en México, la cifra más alta en suicidios en los últimos 10 años, pues en 2010 el número de suicidios fue de 5 mil 12.
La tasa de suicidio es más alta en el grupo de jóvenes de 18 a 29 años, ya que se presentan 10.7 decesos por esta causa por cada 100 mil jóvenes.
El Consejo Cívico de las Instituciones Laguna (CCI) basado en las estadísticas del InegiI, así como de la Fiscalía General del Estado, establece que en los municipios que integran la zona metropolitana de Coahuila y Durango, en 2019 se incrementó de manera considerable el número de suicidios.
En 2010 en la Zona Metropolitana se registraron 49 suicidios; en 2011 disminuyó a 46; en 2012 se mantuvo en 49; en 2013 se incrementó a 51; en 2014 aumentó a 56; 58 en 2015. En 2016 la cifra aumentó a 70; en 2017 fueron 69; en 2018 se incrementó a 74; 101 en 2019; 93 en 2020 y 112 en 2022.
En el municipio de Torreón en 2021 se registraron 62 suicidios, de los cuales 12 fueron mujeres y 50 hombres y el 40 por ciento de los suicidios se presentaron en niños y jóvenes de entre 15 y 29 años de edad.
En el caso de Gómez Palacio la cifra de suicidios en 2021 fue de 33, de los que 26 corresponden a hombres y 7 a mujeres. El 43 por ciento de las muertes por suicidio se dan en niños y jóvenes de 10 a 29 años de edad, mientras que en el municipio de Lerdo, en ese mismo año el número de suicidios fue de 17; 12 hombres y 5 mujeres en donde también en 43 por ciento son niños y jóvenes de 10 a 29 años.
cale