Aunque se trata de una adulta mayor que sobrevive a una reciente operación para evitar que avance un cáncer de mama, doña Josefina Gallegos Pérez continúa siendo jefa de familia.
Ella libra quizá una de las batallas más duras que debe experimentar cualquier mujer, sin embargo, su situación se agrava puesto que no tiene agua en su casa y debe atender a Angelito, su nieto, quien nació con parálisis cerebral, y a su esposo que depende de un tanque de oxígeno, ya que padece enfisema pulmonar.
A doña Josefina el camino hacia la sanación de su cáncer se le hace enorme toda vez que las visitas a la clínica del IMSS son constantes y ella debe hacerse tiempo también para llevar su caja de dulces a un restaurante durante las mañanas y por las tardes al crucero de la avenida Bravo y la calzada Cuauhtémoc, teniendo como panorámica fresca el refugio del Bosque Venustiano Carranza de Torreón, pero al cual no acude porque la prioridad es vender sus golosinas y mantener a su familia.
Ahora la mujer pide ayuda, pues tienen casi un mes sin agua en su domicilio, lo que implica que no pueden bañarse, ni limpiar el sanitario o lavar alimentos.
Su casa se ubica en una privada en Artes Gráficas con el número 1746, interior 2. Ella sabe que sus vecinos padecen igual la falta del recurso, considerado un derecho humano, pero en su situación, donde todos en su casa se encuentran enfermos, discapacitados o convalecientes, pidió ayuda para que las autoridades les den soluciones.
“Háganos el favor de ayudar porque no nos hacen caso los del SIMAS, el problema es del cordón para afuera y no vienen, ya tenemos cerca de un mes que no tenemos agua; nos han mandado pipas pero qué nos puede durar una pipa de agua para todos los vecinos de aquí adentro. Tengo necesidades de bañarse uno, de limpiar la casa. La ropa la estoy mandando a lavar. Auxilienme por favor, hoy tengo que ir al seguro otra vez”.
La situación de doña Josefina es peligrosa, muy delicada. A su nieto lo tiene en cama y depende de sus cuidados hasta para cambiarle los pañales. Aunque cuenta con ayuda de otro nieto, el peso de sus deberes la consume.
Al momento, explica, ya no cuenta con dinero ni para surtir sus dulces, es por eso que también dejó su número de teléfono por si algún lector quisiera apoyarla. Su celular es el 871 332 4070, o se puede acudir al crucero para comprarle algún dulce o cacahuate confitado.
“En la privadita nadie tenemos agua, háganme el favor de ayudar. Así enferma ando trabajando y tengo necesidad de que me compren porque ya me desesperé y quiero surtir y ya irme cuando menos dos veces por semana a trabajar".
“Mi casa está en el centro, le mandé un mensaje a Ruth al Telediario pero ya ves que siempre hay muchos mensajes y quien sabe si lo alcanzará a leer porque nos urge el agua, ya ando a la carrera porque voy al seguro, me siento mal de mi chichi matada, voy a revisión porque me siento mal”.
EGO