Con aguas de sabor, Ramón refresca a los laguneros y saca adelante a su familia

Historia

Las jornadas inician a las diez de la mañana cuando el inclemente sol azota a La Laguna, además le da trabajo a Yahir, de 16 años, quien ayuda a su mamá.

Mientras Ramón cobra, Yahir se encarga de entregar el agua, o viceversa. (Lilia Ovalle)
Editorial Milenio
Torreón, Coahuila. /

Ramón Ponce desde hace más de diez años ha vendido aguas de sabor, pero sabe que en esta temporada necesitará incluso de ayuda porque las jornadas inician a las diez de la mañana cuando los rayos solares generan efectos nocivos entre la población, concluyendo a las siete de la tarde

Es por eso que le pidió ayuda a su vecino Yahir, adolescente que tiene 16 años de edad y para apoyar con los gastos de su preparatoria, aceptó el trabajo.

“Siempre he vendido el agua, termino como a las seis o siete de la tarde, y comienzo como a las diez u once. El puestecito deja para la papa y la casa, despacio pero sí deja, tengo cuatro niños, son pequeños, de trece para abajo, no los traigo, no vienen a ayudarme, me traigo a un vecino que me viene a ayudar y le pago”.

Al ser vecinos, esta pareja se conoce bien y se apoya. Mientras Ramón cobra, Yahir se encarga de entregar el agua, o viceversa, de acuerdo al volumen de clientes que lleguen al puesto ubicado a un costado del pilar del puente vehicular. Esta cooperación le permite al menor juntar algo de dinero durante los fines de semana para apoyar a su mamá.

“Con don Ramón no llevo mucho tiempo, apenas serán unos quince días, me paga y prácticamente yo lo junto y a veces lo que hago yo es ayudarle a mi mamá, tengo tres hermanos que son mayores que yo, tengo uno que falleció, hace poquito, fue el 5 de noviembre del año pasado y pues tengo un hermano de 21 años y una hermana de 26. El que falleció tenía 18”.

El calor debajo del puente vehicular ubicado sobre la carretera Torreón-Matamoros y el bulevar La Libertad es soportable, no así mientas se conduce por carreteras asfaltadas donde rebota la temperatura ambiente que se acerca peligrosamente a los 40 grados centígrados. Es por ello que la hidratación de la población se vuelve no sólo algo necesario sino vital.

Yahir explica que su hermana mayor está casada, y antes de concluir el año anterior, sólo quedaban en casa él y un hermano que falleció. Ahora se encuentra estudiando la preparatoria y recibe apoyo del estado mexicano a través de la beca Benito Juárez.

“La mayor ya está casada, mi mamá tiene una hija y se casó y sólo quedamos en casa mi hermano que falleció y yo. Estoy estudiando la preparatoria, apenas voy a segundo semestre, afortunadamente tengo beca, sí es un apoyo económico para cubrir los gastos de la escuela. Yo estoy en la prepa de La Joya, todavía no vamos a volver. Ando más o menos con las clases”.

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