Con la llegada de las fiestas navideñas, los excesos en la alimentación y el incremento en el consumo de bebidas suelen provocar un aumento significativo de peso entre la población, que puede oscilar entre dos y cinco kilos durante diciembre si no se mantiene un control adecuado de los alimentos.
En esta temporada, es común que las personas consuman en mayor cantidad tamales, carnes, embutidos, salsas, harinas, postres, frutos secos, dulces y pasteles, todos ellos productos con una alta carga calórica que, sumados al sedentarismo propio de las reuniones decembrinas, favorecen el incremento de peso.
Nesly Jasso Zapata, especialista en nutrición, explicó que el impacto no es igual para todos, ya que el aumento de peso es altamente variable y subjetivo, que muchas veces depende de la genética.
Hay personas que suben muy rápido de peso, mientras que otras lo hacen en menor proporción. Todo depende de sus hábitos previos, su metabolismo, depende de la genética y la frecuencia con la que consumen alimentos altos en grasas y azúcares.
Señaló que muchas personas aprovechan las fiestas para disfrutar de los platillos tradicionales, pero el problema surge cuando se cae en excesos, pues esto no solo repercute en el peso, sino también en diversos aspectos de la salud.
La nutrióloga recordó que, aunque es una temporada festiva, es importante mantener equilibrio, moderar las porciones e incorporar actividad física para evitar complicaciones posteriores.
aarp