Las casas de concreto en Oaxaca que un día fueron de palma

HISTORIAS / A UN AÑO DE LOS SISMOS

Con los sismos de 2017 se quedaron sin vivienda y no calificaron para recibir apoyos de la Federación porque sus hogares no estaban construidos de block, pero las fundaciones Harp Helú y Citibanamex pusieron en pie sus domicilios.

Cleiver, su esposa y dos hijos agradecen el techo “digno”. (Javier Ríos)
La casa de Minerva y otras de San Mateo del Mar están diseñadas para resistir temblores e inundaciones. (Javier Ríos)
Abraham Reza
Oaxaca /

En Oaxaca 656 damnificados por los sismos de septiembre de 2017 serán beneficiados con la construcción de una casa que les entregarán las fundaciones Harp Helú y Citibanamex, luego de que la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) los dejara fuera de sus apoyos para la reconstrucción, con el argumento de que sus hogares eran de palma y no de block.

Minerva y Cleiver son dos de esos damnificados, a quienes se les negó el apoyo del Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden). Sus familias viven en el municipio de San Mateo del Mar, Oaxaca, desde hace 20 años. La justificación que les dio la Sedatu cuando pasó a realizar los censos fue que tenían la instrucción incluir en el programa de reconstrucción solo aquellos que hubieran perdido una casa con muros de block y techos de concreto.

Mientras camina por lo que queda de su casa, la mujer de 42 años recuerda que la noche del sismo los troncos y las vigas que sostenían su techo de hoja de palma cayeron sobre su cocina y cama, además de que el piso se agrietó.

“Tuvimos que levantar los restos de esa casa e improvisar unos cuartitos, porque no teníamos dinero y no sabíamos qué hacer. Pasaron a censar tras el sismo, pero dijeron que seguramente nosotros tiramos nuestro techo para que nos dieran el apoyo. Además dijeron que no podían hacer nada, pues mi casa no tenia techo de concreto”, cuenta Minerva.

La historia se repitió con el joven Cleiver, un muchacho de 22 años que junto con su esposa de 19 tuvieron que dormir por más de tres meses bajo una lona, pues al igual que a Minerva su casa se le cayó y perdió los pocos muebles y electrodomésticos que tenían.

“Nosotros estamos empezando, no teníamos para construir una casa como la de otros vecinos. El block aquí es muy caro y por eso decidimos levantar un hogar con palmas, ya que nos salía más barato. Nunca imaginamos que sería el impedimento para que nos dieran apoyo de reconstrucción.

El municipio de San Mateo del Mar fue uno de los más afectados por el sismo de 2017 en Oaxaca. Debido a su ubicación territorial, el temblor no solo ocasionó que se derrumbaran techos y muros, además provocó que la marea creciera e inundara la comunidad, pues este poblado está rodeado por el agua de la laguna Superior y el océano Pacífico. Un año después el agua regresó a su cauce, sin embargo, solo algunas casas han sido reconstruidas.

Ambas familias pasaron seis meses a la intemperie, habían perdido la esperanza. Sin embargo, fue hasta marzo de este año, que su presidente municipal les informó que la fundaciones CitiBanamex y Harp Helú construirían al menos 40 viviendas para aquellas personas que no tuvieran dónde dormir.

Cleiver recuerda que sintió mucho miedo. Sentía que su esposa lo iba a dejar al no poder ofrecerle un techo digno para sus hijos.

“Afortunadamente, cuando llegó la fundación vi todo más claro, ellos me enseñaron qué tipo de casa podrían construirme y me entusiasmé. No fue todo, además me ofrecieron trabajo como chalán de albañilería y estuve ganando hasta 2 mil pesos semanales sin tener que irme al centro de Oaxaca, que era donde antes trabajaba.

Las casas que la fundación ofreció tienen una inversión unitaria de 160 mil pesos. Constan de dos habitaciones, un baño y una cocina con comedor. Están pensadas para resistir temblores y evitar inundaciones, además, el techo de lámina está fabricado con un material térmico que mantendrá las casas frescas.

“No teníamos baño, pero ahorita ya tenemos. Es diferente, ahora se ve más bonito y tenemos regadera para bañarnos. Los ingenieros nos ofrecían techarlas con loza, pero nosotros tenemos miedo a que otro terremoto nos colapse la casa y nos aplaste, por eso mejor pedimos que sea de lámina. Ellos dicen que nada se va a caer, pero prefiero no arriesgarme”, bromea Minerva, mientras abre la puerta de su casa color azul.

Los fondos para la construcción de estas casas fueron recaudados por las fundaciones CitiBanamex y Harp Helú a través de la cuenta bancaria 23, “uno por uno”. Del total de lo colectado se recibieron 124 millones de pesos, cifra que subió a 242 millones con el peso extra que sumaron ambas fundaciones.

Del total de lo recaudado, las dos fundaciones destinaron 50 por ciento a la construcción de viviendas en Morelos, Chiapas Y Oaxaca y el resto a la reconstrucción de mercados, edificios históricos y talleres de artes y oficios. La suma total invertida en casas habitación fue de al menos 124 millones de pesos.

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