Bajo la figura de Asociaciones Religiosas, la Diócesis de Torreón, tiene que dar cumplimiento a las reglamentaciones fiscales planteadas por la Cuarta Transformación por medio de Servicio de Administración Tributaria.
Si bien Víctor Manuel Gómez Hernández, encargado de la Parroquia de Todos los Santos y ecónomo de la Diócesis, comentó que al igual que las empresas tradicionales, los sacerdotes tienen que registrarse ante el SAT y las parroquias dar cumplimiento a las exigencias fiscales que les atribuye la autoridad en materia de recaudación.
La figura de un ecónomo explicó, se dedica a recaudar los fondos y a cuidar los bienes materiales de la iglesia, construcciones que forman parte del patrimonio de la iglesia como son los templos, las casas de retiro, de ejercicios, sacerdotales, entre otros, donde el ecónomo cuida el bienestar financiero, contable, jurídico y administrativo ante el SAT y Gobernación en equipo con el secretario-canciller, así como el encargado de Patrimonio.
“Somos una AR (Asociación Religiosa), luego de que se nos da el reconocimiento en el gobierno de Salinas de Gortari, como organizaciones religiosas tenemos obligaciones y deberes ante el SAT, Gobernación y el mismo gobierno estatal, federal y municipal. ¿Cómo pegan las modificaciones fiscales que se han venido dando a nivel federal?
“Para nosotros también hay modificaciones y nos respetan como asociaciones religiosas y tenemos un distinto objeto social, ya que nuestras actas constitutivas son diferentes a las de una empresa pero son parecidos, y esto se aplica no sólo a las iglesias católicas sino a otras más”.
Dijo que el ciudadano debe entender que lo que quiere el gobierno mexicano es que sean transparentes en las finanzas, ya que “si hay finanzas sanas habrá un país sano”, señaló.
“Como iglesia presentamos declaraciones, el sacerdote es un representante legal de su propia iglesia, tiene que presentar facturas. Cada vez que se ordena alguien sacerdote el obispo tiene derecho de darnos de alta ante Gobernación y dar a conocer que se está dado de alta".
Se debe contar con un Consejo de Economía conformado por feligreses expertos en la materia, sean contadores o fiscalistas, se pagan impuestos”, acotó. Sin embargo, para finalizar el ecónomo precisó las iglesias no tienen actividades empresariales ni lucrativos