Ubicados en la parte alta de un cerro en la parte limítrofe entre los municipios de Lerdo y Torreón, habitantes de escasos recursos piden ayuda en medio de la pandemia pues no cuentan con servicios básicos y el agua es algo que deben llevar a través de pipas.
Al momento es el Movimiento Social por la Tierra (MST) la organización que gestiona la dotación de agua en pipas, líquido que ha proveído el municipio de Lerdo, y consiguieron algunas despensas para esta población que se mantiene en estado de vulnerabilidad al no contar con drenaje o seguridad pública, y depender de empleos informales.
Luis Manuel de la Cruz Mejía, coordinador del MST, explicó que fue una persona quien le comentó la situación en que viven las familias ubicadas en un predio conocido como Las Marraneras, que no tiene no tiene ubicación o no es reconocida por el ayuntamiento de Torreón o de Lerdo, motivo por el cual las familias ni siquiera pueden escriturar sus viviendas.
“Están en las condiciones que vemos desde hace 30 años cuando se empezó a poblar este sector que tiene menos de 15 familias en un estado de alta marginalidad. Las cosas que tienen como la luz, te fijas que hay algunas luminarias, las gestionó un líder priista que ya murió, Mauro Delgado. Él les conseguía algunas cosas”.
Habitar la sequía
El problema que persiste es la falta de agua, y aunque tienen una mangueras que podrían conducirla de Torreón, al no tener presión, les llevan pipas, sin embargo antes de poder llegar a este barrio, los habitantes de otras colonias, al no tener agua tampoco, les bloquean el paso a las pipas y se quedan con el agua.
Si el lector está interesado en ubicarse, para llegar a esta colonia se debe ir al sector alianza. Al llegar a La Jabonera, en la colonia Polvorera, se da vuelta a mano derecha. Lo que sigue es conducir hasta donde comienza un sinuoso camino de terracería, y luego caminar.
“Nosotros lo que les planteamos es la organización para poder solucionar los problemas, no tienen ni un solo servicio público completo, no tienen recolección de basura, no tienen agua ni drenaje, no tienen cómo contratar luz porque no tienen tendido de cables, están colgados y para todo eso planteamos la organización y poder deslindar si es Lerdo o Torreón; si es Coahuila o Durango para poder exigir lo que le corresponde a las autoridades municipales o estatales”.
De la Cruz Mejía refirió que se obtuvo el alcalde de Lerdo, Homero Martínez ha sido receptivo para atender algunas demandas y se mantiene en la disposición de apoyar a esta población, pero en la Dirección de Obras Públicas afirman que los planos no aparece esta colonia.
“Yo le pedí que nos lo pusieran por escrito y obviamente no lo hacen porque es renunciar a la soberanía de una parte importante de su territorio, si es que es así, también hemos acudido con las autoridades de Torreón pero como es una comunidad bastante pobre no tienen interés, pero por ejemplo en el Google Earth o Google Maps, sí señala que la entrada, ahí donde nos paramos hacia arriba es Lerdo”.
El dilema de la zona metro
Comentó que una compañera del MST trabajó en el INEGI durante el último censo y ellos comprueban que es parte de Lerdo, por ello están solicitando el apoyo al ayuntamiento duranguense. Sin embargo, agregó que la raíz de la situación es que se trata de comunidades marginadas y al ser pobres no les interesa a los gobiernos, de ahí que tengan décadas sin servicios públicos.
“El conflicto deslinde de la división entre Torreón y Lerdo o Coahuila y Durango, es tan viejo, desde antes de la independendencia. Antes de la independencia no existía Coahuila, tenían otros nombres las provincias, como La Nuevo Vizcaya, y en 1824 cuando se conforma el país, se utiliza la división de lo que fue el Marquesado de Aguayo, que fueron unos terratenientes latifundistas que abarcaron prácticamente desde Saltillo y hasta Durango capital”.
Historia de un predio sin nombre
Fue en 1810 cuando se intentó dividir este territorio pero hasta 1824 se delimitan los estados de Coahuila y Durango, lo que generó inconformidades. Con la llegada del tren a Torreón se percibe un importante nudo de comunicación y de impuestos, de ahí que Francisco Gómez Palacio, siendo gobernador de Durango, disputa algunos terrenos con Coahuila.
“Era muy ambigua la demarcación o delimitación que se hacía. Decía: Coahuila iniciará donde el río Nazas tuerza su cauce hacia el norte, que sería por la Flor de Jimulco. pero en un río como éste, que es altamente errático, no sabían para dónde entonces el gobierno de Durango decía que la parte poniente de Torreón, lo que sería desde la calle Comonfort hacia el poniente, pertenecía a Durango”.
Este conflicto histórico se soluciona mediante un arbitraje que realizó el gobierno de la República. Fue Porfirio Díaz quien refirió que Torreón le pertenecía a Coahuila, junto con el municipio de Sierra Mojada donde se descubrió oro y el espacio fue disputado por Durango, Coahuila y Chihuahua.
Esa parte de la historia está afectando a catorce familias que no tienen capacidad de ir al Archivo General de la Nación o incluso a Durango o Saltillo para ver a dónde pertenecen. Eso es algo que debe hacer la autoridad porque los municipios deben defender su territorio y no echarse la bolita unos a otros.
“Yo siempre lo paso desde un tamiz histórico, desde el punto de vista del materialismo histórico, porque en los últimos diez años se han destinado cientos de millones de pesos a un programa de metropolización y no ha llegado. Estos recursos debieron usarse para estas cosas. Teniendo una mirada metropolitana, a lo mejor Torreón podría haberles dotado el agua y otros servicios no, pero en vez de eso gastaron cientos de millones de ese fondo en el Metrobús, que no funciona o se les dio a los desarrollos residenciales de lujo nuevas vialidades”, apuntó De la Cruz Mejía.
Vecinas de “Las marraneras”
"A veces nos ayudamos y a veces nos peleamos, es como en las familias, aquí igual, a veces nos agarramos del chongo porque hace calor, no hay limpieza y salen víboras y todo eso. A mi hijo le picó un alacrán. víboras de cascabel y chirrioneras, también animales padres como búhos, una familia de lobos y una zorrita. La basura nomás llega hasta aquí".
Gente que vive allí se va por el cerro y llega a Villa de Guadalupe y La Rinconada. Aquí entra la policía y no se los puede llevar porque dicen que no es su jurisdicción. Han habido robos pero nadie hace nada. Aquí tenemos un tiradero de basura de la gente que vive en otro lado del cerro, que vienen y tiran sus cosas.
Mayela tiene 20 años viviendo en esta zona conocida como Las Marraneras y dice que para tener agua hay que acarrearla y para tener luz en su domicilio se conecta de la línea general. Su esposo ya pasa los sesenta años y le puso un tinaco en una lomita, de esta manera baja el agua por inclinación propia del terreno hasta su casa.
“Para tener el drenaje hacemos fosas comunes”, dijo doña Mayela, quien es ama de casa y tía de una mujer con una pequeña niña que son sus vecinas y a las cuales intenta apoyar. En cuanto al agua potable dice que su marido se la compra en garrafón. Con un piso firme bastante bueno, ella comentó que su marido recogió el escombro de una tienda de Coppel, y ellas le quitaron las plastas de cemento.
“Queríamos hacer una pila en lo alto del cerrito, para el agua, y compramos una bomba, pero pos lo vamos haciendo al pasito porque somos nomás nosotros, tenemos que salir adelante como podamos, toda la gente, porque el trabajo está ahorita todo parado, ahora mis hijos nos ayudan. Solos navegamos y no meten nada porque somos de Durango”.
Camino de la Revolución
Al subir al cerro se observan animales muertos, desechos industriales, fruta podrida y heces fecales. A lo lejos se observa la carretera hacia Nazareno. Hubo antes un camino que surcaron los habitantes entre los cerros pero luego éste fue usado por criminales, y optaron por cerrarlo con montones de tierra para cerrar la bajada de automóviles.
Ahora solo pasan peatones, chicos en sus bicis o montado en algún animal. Cabe mencionar que por estos cañones pasó el general Pancho Villa para tomar Torreón y en el cañón de la difunta cuenta la gente que el militar escondió sus tesoros.
“Yo tengo quince años, me llamó Teresa Elías y tengo 33 años. Son dos familias en la misma casa. Mis papás y mis hermanos y yo, mis hijos y mi esposo. Antes venía un señor que estaba dando pedacitos de terreno pero el que sabe es mi papá… No tenemos drenaje, tubería para agua, no tenemos luz, todos tienen fosas sépticas para hacer sus necesidades, y ahorita dependemos de pipas. Somos como 13 ó 14 familias”.
“El lugar lo conocen de diferentes formas. Le voy a decir, nos conocen de acá de este lado como Las Marraneras. Otro que somos parte de la José R. Mijares todavía, pero en sí no le hemos puesto nombre ni nada a la colonia. Todos tenemos credencial de elector de Torreón, pero todos también tenemos algún documento que nos habla que somos de Lerdo, que los terrenos son de este otro lado”.
Nadie tiene escrituras, pero tienen carta posesión que fue emitida en el ejido Carlos Real, de Lerdo, aunque otros tienen cartas notariadas de Torreón.
RCM