Para terminar la jornada de la Caminata por la Verdad, Justicia y Paz en Guerrero, el Colectivo Siempre Vivos y la comunidad LeBarón quisieron mostrar que Chilapa no solo es violencia.
Como originario de este municipio, José Díaz Navarro, fundador de dicho colectivo, fungió como anfitrión y guió a los LeBarón por el tianguis tradicional que cada domingo se instala en las inmediaciones de la glorieta Eukaria Apreza, en la avenida principal de Chilapa.
Adrián LeBarón estuvo acompañado de su esposa Shalom Tucker; Julián y Bryan LeBarón también siguieron el recorrido.
Pobladores que los reconocieron les pidieron tomarse fotografías; algunos incluso les dieron el pésame.
Los LeBarón quedaron impresionados de las artesanías hechas de palma, en su mayoría: tortilleros, servilleteros, manteles, bolsas, cajas, floreros, sombreros, juguetes...
“En Galeana (Chihuahua, donde se encuentra su comunidad) no hay de esto”, exclamó Adrián.
El profesor Díaz Navarro les contó la historia tradicional de Chilapa entre los tlacololeros y los tigres que es evocada con figuras de los danzantes y con máscaras del animal.
Pero a lo que no pudo resistirse Adrián fue de un ramo de flores de color rojo, azul, naranja, amarillo, y rosa, hechas de hoja de mazorca.
“Estas flores son para la tumba de mi hija”, exclamó Adrián LeBarón y de inmediato le entregó el ramo a su esposa Shalom.
Su hija, Rohonita María, fue una de las nueve víctimas de la comunidad LeBarón que fueron asesinados en noviembre del año pasado en el municipio de Bavispe, Sonora.
EB