Oaxaca de Juárez es un estado formado por 570 municipios, donde, según el INEGI, 31 de cada 100 personas hablan una lengua indígena. En su territorio viven 4 millones 132 mil 148 habitantes y es cuna de la biodiversidad de México.
Posee grandes recintos y espacios culturales que son reconocidos como patrimonio de la humanidad, en sus calles alberga grandes y antiguas leyendas que se han transmitido por generaciones.
La historia del callejón del muerto
Según la historia de Leopoldo Zincúnegui Tercero, recuperada por la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México, en Oaxaca, nadie circula por la callejón 2 de abril más allá de la media noche, pues este lugar fue testigo de un crimen.
En la época donde aún se utilizaban faroles para alumbrar, un "sereno", título dado a quienes se encargaban del alumbrado y de informar sobre la hora y el tiempo, fue asesinado.
Una noche, mientras sonaba la última campanada del día, el sereno anunció la llegada de la media noche, las calles se silenciaron. Pocos minutos después, un grito profundo inundó el silencio, pero nadie se atrevió a salir.
Entonces, un hombre, que en mano cargaba un farol, llegó a la iglesia del Marquesado, en el centro de Oaxaca, incesante pedía que un cura lo confesara; el sacerdote accedió.
Después de una larga y penosa confesión, el cura le dio la absolución y se dirigió a él, pero el hombre no contestó. Extrañado, el sacerdote tomó el farol para alumbrar a la persona que había absuelto, pero no encontró a nadie. Fue hasta que volvió su mirada hacia el suelo cuando lo encontró, en el lugar yacía un cadáver.
El sacerdote corrió hacia el curato y ahí se mantuvo. Días después una violenta fiebre lo atacó, se debatía entre la vida y la muerte. No murió, pero dicho episodio le dejó una completa sordera en el oído con el que escuchó la confesión del muerto.
MJVR