El estado de Michoacán, localizado en el oeste del país, alberga grandes y famosos cuerpos de agua dulce como los ríos Lerma y Balsas, los lagos de Pátzcuaro, Camécuaro y Zirahuén, y la laguna de Cuitzeo.
En Michocán y para los purépechas que residen ahí, los lagos son sagrados y albergan leyendas históricas, que han llamado "Leyendas del Agua".
El lago de Camécuaro fue declarado como Parque Nacional por ex presidente Lázaro Cárdenas del Río, posee una profundidad de seis metros aproximadamente. Te contamos la leyenda de su origen.
Camécuaro, la historia del lago de lágrimas
Según la historia contada por la Comisión Nacional del Agua, en la antigüedad la princesa purépecha Huanita se enamoró perdidamente de Tangáxhuan, heredero de Tariácuri, fundador del Imperio Purépecha; el joven heredero correspondía los sentimientos de la princesa.
Una tarde, la princesa Huanita fue secuestrada por Candó, un sacerdote sacrílego, quien la mantuvo oculta en una yácata, una antigua construcción en forma de pirámide de las culturas prehispánicas de Michoacán.
La princesa lloró tanto que formó un lago con sus lágrimas. Por ello, Camécuaro significa “lugar de la amargura oculta”.
Tangáxhuan averiguó donde se encontraba Huanita y se apresuró a su rescate. Mientras el noble purépecha bajaba por el cerro vio a lo lejos a Candó, entonces tomó una flecha, tensó su arco y disparó.
Aquel acto terminó con la vida de Candó, quien quedó clavado en un sabino, el cual se partió y de allí brotó un manantial de agua verde que jamás se seca.
Las personas que han visitado el lugar y se adentran al fondo del lago de Camécuaro cuentan que entre sus aguas aparece la figura de una hermosa mujer que les jala los pies y desea retenerlos con ella por siempre.
MJVR