Tras una semana de aclimatación en corrales de recepción, 44 ejemplares de Bisonte americano fueron liberados en la Reserva Ecológica El Santuario, marcando un nuevo paso en los esfuerzos por restaurar la biodiversidad del desierto chihuahuense que abarca hasta el estado de Coahuila.
El grupo comenzó a explorar libremente las 3 mil 700 hectáreas del predio, retomando un papel clave en el ecosistema tras dos siglos de ausencia.
Este proyecto, impulsado por Fundación Pro Cuatro Ciénegas en coordinación con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP) el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza (FMCN), representa una apuesta decidida por revertir la degradación que sufrió la región tras décadas de sobrepastoreo y abandono ecológico.
De acuerdo con Gerardo Ruiz Smith, director de la Fundación Pro Cuatrociénegas, el retorno del bisonte tiene múltiples objetivos ambientales: regenerar los pastizales, favorecer la infiltración de agua de lluvia, mejorar la fertilidad del suelo y restaurar procesos ecológicos complejos que permiten la supervivencia de otras especies nativas, como puma, oso negro, venado bura, pecarí de collar y diversas aves y rapaces, que ya habían mostrado presencia continua en el área gracias a iniciativas previas.
Una dieta diversa y un rol ecológico vital
Contrario a la creencia común de que los bisontes se alimentan únicamente de pasto, su dieta puede incluir hasta un 40 % de arbustos y hierbas.
Esta versatilidad les permite interactuar con distintos estratos de la vegetación, favoreciendo no solo el pastizal, sino también la regeneración de flora diversificada.
Con esto contribuyen a balancear la composición vegetal del desierto, promueven una cobertura del suelo más estable con pastos perennes, y reducen la acumulación de materia seca, lo que puede disminuir riesgos de incendios y favorecer los ciclos naturales de humedad y renovación del suelo.
La Fundación Pro Cuatrociénegas aseguró que se realizará un monitoreo permanente: se documentará cómo los bisontes se alimentan, cómo se desplazan en su nuevo territorio y cómo influyen en la recuperación del paisaje.
Cada movimiento, cada pastura, cada pisada será registrada para evaluar su impacto real y estructurar un modelo de conservación que podría servir de ejemplo para otras zonas áridas del país.
El regreso del bisonte a Coahuila
La llegada de los bisontes marcó el fin de una ausencia que se prolongó por 200 años en el ecosistema coahuilense.
Los ejemplares proceden del Rancho El Uno, en la Reserva de la Biosfera de Janos, Chihuahua, un rancho que históricamente ha mantenido una de las manadas más importantes de conservación en México.
Con su reintroducción, El Santuario aspira a conjuntar conservación ecológica, rescate del patrimonio biocultural y desarrollo sustentable, con posibilidades de ecoturismo e investigación científica, sin comprometer la integridad del ecosistema.
El retorno del bisonte americano a Coahuila no es solo una noticia de fauna: representa la esperanza de reconectar con un pasado natural que parecía perdido, de recuperar procesos ecológicos fundamentales y de construir un futuro donde la biodiversidad, la cultura y la naturaleza convivan de forma armónica. La liberación en El Santuario abre un nuevo capítulo para la conservación en el norte de México.
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