Lo que el "empeño" se llevó

CRÓNICA

En los primeros días del 2019, el Nacional Monte de Piedad se muestra casi vacío, entre las personas que llegan a ofrecer sus artículos y los espacios en donde se ofrecieron los objetos que ya nadie reclamó.

Durante la temporada navideña se vendieron los artículos que no fueron recuperados por los pignorantes. (Milenio Digital)
Luis Carlos Valdés de León
Torreón, Matamoros /

Para muchos laguneros, quienes durante el 2018 tuvieron que empeñar alguna prenda o accesorio, la temporada navideña no fue de gran ayuda, ya que algunos vieron perdidos sus artículos.

Sin embargo, para otros fue la mejor oportunidad para adquirir el regalo deseado a precios accesibles.

Es así que hoy en día el área de remate del Nacional Monte de Piedad en Torreón, donde estuvieron las pantallas, estéreos, bocinas, joyas y otros muebles, ya luce vacío.

Llegar a las instalaciones de la tradicional casa de empeño, que en México tiene 242 años de fundación, resulta en una lucha de emociones donde convergen la tristeza y el nervio por obtener el mejor préstamo y la alegría por acceder al recurso para resolver un problema económico.

Como queriendo pasar desapercibida, "Roberta”, una mujer de quizás sesenta años, entra a la sala de empeños y se acerca lentamente al módulo de información, muestra su identificación y luego saca una pequeña caja de su bolso negro. 

"¿Qué habrá dentro?", me pregunto mientras esperaba ser atendido por el gerente de la sucursal.

Después se acerca quien podría ser su hija, la tomó del brazo y la llevó a sentarse mientras ella tomaba la caja para luego avanzar rápidamente hacia la ventanilla de avalúo de alhajas. 

“Roberta” baja la mirada y con sus brazos rodea su bolso negro. 

Actualmente no hay mucha actividad en el Monte de Piedad. Apenas hay de tres a cuatro personas en las filas, entre el personal de vigilancia que va y viene por los pasillos. 

La hija de Roberta regresa de las cajas ahora con una boleta de empeño, su expresión no muestra alegría y menos la de Roberta que, ahora acelerando el paso, se dirigen hacia la salida.

Al paso de los minutos, el módulo de atención recibe a más personas. Algunos ya son clientes asiduos y saben la dinámica del empeño y desempeño, conocen las tasas de interés y lo que pueden obtener por alguna prenda. 

“Voy a sacar unas bocinas, pero las voy a volver a empeñar”, comentó un joven que pidió al gerente que le firmara sus boletas para el refrendo.

“Hay que tener dinero para pagar las deudas de navidad”, se escucha a lo lejos.

Además del área de empeños, el Nacional Monte de Piedad cuenta con una área en donde ponen en venta aquellos artículos que no pudieron ser recuperados por los pignorantes, sin embargo, sólo quedaron los vestigios de lo que ahí se ofertó, ya que todo se vendió a precios accesibles. 

Y es que por temporada se ofertaron prendas como joyas al 25% o electrónicos con 35% de descuento o incluso con 10% adicional, además de meses sin intereses. 

Al mismo tiempo, algunas familias se paseaban para ver qué novedades podían encontrar, minisplits, bicicletas, ventiladores, hasta sillas de ruedas. 

La tristeza de muchos y la alegría de otros. Emociones encontradas en un mismo lugar.  

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