En las calles de Torreón, Coahuila es común encontrar a personas conocidas como indigentes, quienes en ocasiones piden una moneda o alimento, situación que parece ser parte del escenario cotidiano y que la mayoría de las veces pasa por desapercibido.
Hombres y mujeres que caminan con dificultad y con aspecto poco agradable ya sea por su ropa sucia y vieja. Recorren las principales avenidas y las calles más escondidas sin que nadie se preocupe por su salud física y mental, su manera de sobrevivir ni mucho menos si tienen un lugar donde pasar la noche.
Sin duda, su problema se incrementa en época de frío, donde las bajas temperaturas causan estragos, al grado de que por dormir a la intemperie muchas personas han perdido la vida.
Además, la falta de alimento provoca una grave desnutrición y con ello más consecuencias, aunado a las enfermedades que padecen, como infección en la piel por falta de aseo y dormir en lugares insalubres día con día.
SIN HACER NADA
Mucho pregonan las autoridades de los albergues que conforman para brindar atención, pero sólo lo hacen en ciertas temporadas del año, principalmente en invierno, pero luego de pasar el frío de nueva cuenta deambulan por la ciudad.
¿Cuál es la raíz del problema por el que atraviesan? Enfermedad, falta de oportunidad para emplearse, trastornos mentales, avanzada edad, abandono de familiares, adicción a drogas y alcohol.
Podrían ser uno de los factores por lo que no pueden integrarse a la sociedad.
¿Existe un proyecto o programa social para brindarles apoyo?
Quizá para las autoridades involucradas en buscar una solución es mejor ignorar a decenas de indigentes, ya sea por considerarlos como innecesarios para el desarrollo, pero existe un sector que desea que tengan un lugar donde se les brinde atención, alimento y cobijo.
Lamentablemente la ciudadanía nada puede hacer y se limita a darles la moneda que piden o un trozo de pan a sabiendas que con ello no termina su problemática, pero es todo lo que pueden hacer.
Pueden verse durmiendo en paseos públicos, descansando frente a iglesias, buscando alimentos en botes de basura, hasta que lamentablemente ya no vuelvan a despertar, y se limiten a indicar que sólo se trataba de un indigente o integrante del conocido "Escuadrón de la Muerte", que finalmente será llevado a la fosa común y pasar a ser de las estadísticas que quedan en el olvido.