La capital del estado de Guerrero, Chilpancingo, se encuentra en medio de una confrontación declarada entre dos grupos delictivos que durante los últimos años han acumulado base social y poder de fuego: Los Tlacos y Los Ardillos.
En redes sociales, supuestos integrantes de Los Tlacos dieron a conocer una "declaratoria de guerra" dirigida en contra de Los Ardillos y se adjudicaron algunos de los hechos de violencia generados desde que inició la semana.
"Nosotros somos Los Tlacos, quemamos unos taxis de Petaquillas y no nos escondemos para decirlo", señala un post colocado en la página "Crónicas comunitarias" por un usuario llamado Mario Guerrero Gutiérrez, en alusión a las cinco unidades atacadas durante la noche del lunes y la mañana del martes 7 de junio, en la cabecera municipal de Chilpancingo y la comunidad de Petaquillas.
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En la explicación que se hace respecto a la "declaratoria de guerra", el grupo que opera en la Sierra señala que se debe a que sus antagonistas "han hecho extorsión, secuestros y asesinatos de transportistas con la única intención de inculpar a la gente de Tlaco, tras estos hechos de violencia algunos han caído en la trampa, mientras que otros por voluntad propia o por interés están colaborando con ellos".
En el texto se asegura que Los Ardillos tienen sometidos a varios ayuntamientos, que han asesinado a indígenas en la Montaña Baja de Guerrero y que tienen por lo menos 25 años de operación abierta.
Entre otras cosas, aseguran que la organización que opera desde el circuito Río Azul controla más de 500 unidades del servicio público, entre urbans y taxis que operan de manera irregular, que además de representar ingresos económicos utilizan para realizar bloqueos.
Por esa razón, en el texto difundido en redes sociales se hace un llamado al gobierno de Guerrero para que en caso de querer que no haya más unidades quemadas, realice una limpia al transporte público para que salgan de circulación las unidades irregulares.
Los grupos en pugna
Los Ardillos son una organización delictiva que, de acuerdo con activistas de organizaciones como el colectivo Siempre Vivos o la Policía Comunitaria de Rincón de Chautla, tiene su origen en el municipio de Quechultenango y particularmente en la comunidad de Tlanicuilulco.
Durante casi una década, dicha organización sostuvo una pugna por el control de la Montaña Baja contra "Los Rojos", grupo que casi fue desmantelado.
A Los Ardillos se atribuye el control de municipios como Zitlala, Chilapa, Quechultenango y Mochitlán, además de varias comunidades de Chilpancingo.
Los Ardillos fueron señalados como el grupo que atacó en febrero pasado la base de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (UPOEG) de Buenavista de la Salud, donde murieron cuatro autodefensas, entre ellos el profesor disidente Mario Zamora.
Los Ardillos tendrían presencia en parte importante de la región Centro, Montaña Baja y particularmente en el circuito Río Azul.
De Los Tlacos se tiene como referencia que surgieron como grupo entre 2015 y 2016, su principal punto de operaciones se ubica en Heliodoro Castillo, cuya cabecera municipal es Tlacotepec, de ahí el término de "Tlacos".
Esta organización ha sostenido enfrentamientos con otros grupos, entre ellos Los Tequileros; El Cártel del Sur (CDS), remanentes de Los Rojos (la fracción que dirigía Santiago Mazari El Carrete), células de La Familia Michoacana y también han disputado el control de Iguala.
Actualmente su presencia se extiende hacia Leonardo Bravo, la zona minera de Eduardo Neri (Mezcala y Carrizalillo), parte de Iguala y también tiene presencia en la parte serrana de Chilpancingo.
Se trata de dos grupos que han crecido en sus respectivas zonas de influencia y que se han extendido, la zona de interés común que tienen ahora es la capital del estado, lo que finalmente los hizo entrar en choque.
Lo que dicen las autoridades
La gobernadora, Evelyn Salgado Pineda, ha sido cautelosa respecto al tema, pero el miércoles 8 de junio, en una visita a la comunidad de El Palmar, municipio de Eduardo Neri, refirió que el martes 7, cuando la Guardia Civil de Petaquillas retuvo a personal del Ejército Mexicano, parecía que había "gente interesada en que se derramara sangre".
Salgado Pineda sostuvo que hay un trabajo de inteligencia para tener la certeza de quienes son los que pretenden generar intranquilidad social.
En todo caso, dijo que hay coordinación con la Federación para que cada nivel de gobierno haga lo que le corresponde.
El vicefiscal de investigación de la Fiscalía General del Estado (FGE), Ramón Celaya Gamboa, dijo este jueves que desconocía lo relacionado con la publicación en que se hace la declaratoria de guerra de un grupo hacia otro.
Lo que sí mencionó, es que ya se investiga lo relacionado con la quema de los cinco vehículos del transporte público, además del asesinato del distribuidor de pollos suscitado en el mercado central, así como del líder transportista Francisco Marroquín.
FS