Esa maldita bala .223 en la cabeza de Aldo, el de Ayotzinapa…

Familiares de este normalista cuentan que se enteraron por los medios de comunicación que él estaba muerto; ahora piden ayuda para que reciba la mejor atención posible, inclusive están dispuestos a buscar otra opinión fuera del país.

Desde hace dos semanas viven en un patio que hace las veces de sala de espera; en el hospital los dejan bañarse.
Juan Pablo Becerra-Acosta M.
Guerrero /

Se lee en una hoja blanca con letras negras pegada arriba de la cama hospitalaria: “Ruptura de cráneo por proyectil de arma de fuego.”

El paciente tiene un rosario plateado anudado en su mano derecha. También una cinta de tela café en la muñeca de la misma mano. Es una reliquia. En la cabeza le colocaron un pañuelo blanco bendecido con la imagen del Sagrado Corazón. Se aprecian suturas en ambas sienes. Una doctora, la encargada de la Unidad de Terapia Intensiva, se acerca a la cama donde él yace prácticamente sin ropa para que no le dé fiebre. Le toca el pecho con firmeza, pero delicadamente. “¡Aldo!”. El joven de 19 años mantiene los ojos cerrados, pero reacciona durante fracciones de segundos. Mueve ligeramente el brazo izquierdo y el pecho. También las piernas. Es como un leve espasmo que se extiende hasta los párpados.

—A veces ocurren milagros…
—musita la doctora.

Quién sabe si eso pueda ocurrir en este caso. El muchacho recibió un balazo en la cabeza. Tiene infarto cerebral. Ha perdido 65% del cerebro. Está en coma. Si se recuperara de alguna forma, su vida probablemente sería la de un ser inerte. Eso es lo que ocasionó esa maldita bala .223 (extraoficialmente se estima que ese pudo ser el calibre del proyectil que lo impactó). Esa bala que perforó y atravesó de un lado a otro la cabeza de Aldo Gutiérrez Solano, originario de Tutepec, poblado campesino del municipio de Ayutla de los Libres. Aldo, el estudiante de la Normal Rural de Ayotzinapa, herido hace dos semanas aquí, en Iguala, junto a decenas más de sus compañeros que desaparecieron…

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EL PARTE MÉDICO. Habla con voz firme, pero con semblante triste el doctor Fernando Yáñez Méndez, médico radiólogo que es el director del Hospital General de Iguala.

“Entra la bala por la región frontal izquierda, sale por el lado derecho. Produce hemorragia e inflamación intensas. Y como consecuencia de esto se produce un infarto cerebral en los lóbulos frontales, los lóbulos temporales y en la región cortical. En la corteza cerebral. Eso afecta muchas zonas. Es un infarto cerebral que quiere decir que, prácticamente, 65% del cerebro de Aldo no funciona. Está muerto ese tejido. Va a quedar con muchas alteraciones motoras sensitivas, cognoscitivas. De esto, por supuesto, la familia ya está enterada. Ese estado se llama coma vigil. Si él sale, si mejora, no va a poder tener interrelaciones con nadie. Así va a ser. Hay posibilidades de que sobreviva, pero quedaría sin interrelación con el medio ambiente. Va a necesitar una asistencia especial. Va a necesitar ser alimentado por una sonda de gastrostomía, con su traqueotomía, con cuidados especiales. ¿Tiene reacción de algún tipo? Sí, por eso no tiene muerte cerebral. Él responde a estímulos dolorosos y sensitivos. Por ejemplo, si usted le aprieta el esternón, reacciona. Si usted le roza su cara, tiene una reacción de defensa. Tiene tos. Es un reflejo. Se encuentra sin ventilador, con una ventilación asistida. El pronóstico de Aldo es malo para la función y reservado para la vida. Es muy triste para todos. Es una tragedia.

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Berenice es la esposa del hermano mayor de Aldo. Es a quien designa la familia para hablar con MILENIO. Está sentada bajo la sombra de un árbol en un patio techado que hace las veces de sala de espera del hospital. Y ella, con mirada dolida, pero serena, habla así:

ALDO Y EL ORIGEN. “Su papá es campesino y su mamá ama de casa. Es una familia de 13 hermanos. Él ocupa el octavo lugar. El empezó a estudiar en la normal de Ayotzinapa en septiembre. Quería ser maestro, porque le gustaban los niños y aparte él decía que quería ser profesionista, que quería ser alguien en la vida. Tiene hermanos que son campesinos y veía cómo sufrían en el campo. Ocho días antes él fue a vernos allá y se despidió alegre diciéndonos que estaba contento en la escuela”.

EL FUTBOLISTA AMIGABLE. “Aldo siempre ha sido un muchacho bien inquieto. Le gusta mucho el deporte, el futbol, el basquetbol. Los fines de semana él viene a jugar a Ayutla. Juega en el equipo Bachilleres, donde él estudió. Es muy amigable. Tiene muchas amigas que preguntan por su estado de salud. Es muy alegre. Sueña con servir a la nación”.

LA VIGILIA BAJO EL ÁRBOL. “No encontramos palabras para expresar lo que estamos sintiendo desde el día 27 a las diez de la mañana. Nos enteramos por los medios que él estaba muerto. Fue la primera noticia. Sentíamos que nos volvíamos locos. Inmediatamente uno de sus hermanos y su papá vinieron a Iguala y lo encontraron internado. Hemos estado aquí. No nos hemos movido. Dormimos debajo de este árbol. Nos han apoyado con colchonetas y cobijas. El director del hospital nos permite pasar a bañarnos y nos dan de comer. A cada minuto estamos pensando: “¿Qué nos van a decir?”. Los doctores nos dicen que su estado es grave, crítico. Que él se encuentra en coma. Nosotros no vamos a parar. Si nos dicen en Neurología que no hay nada qué hacer, quisiéramos tocar puertas en otros países, donde sea necesario. No aceptamos esto que está pasando. Nosotros tenemos mucha fe en que va a salir del coma. Confiamos en Dios. Sus papás están muy tristes. Su mamá está enferma del azúcar y no puede estar aquí, se pone mal, porque a cada momento las informaciones que nos dan no son muy gratas. Cuando lo ve se deprime mucho. Es una barbaridad. Lo veo y no me explico, no entiendo cómo fueron capaces de hacerle esto. Apóyenos para que tenga la mejor atención médica en México, porque aunque nos digan que no se puede hacer nada, vamos a luchar hasta el último momento…

Esa maldita bala calibre .223 en la cabeza de Aldo, el futbolista amigable de Ayotzinapa, que quizá ocasione que el resto de su existencia yazca muerto en vida…

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