Manuel Terán Lira, una vida llena de valor revolucionario

A sus casi 90 años, el Historiador recuerda los buenos años de su vida y su paso por el museo de la Revolución, en "La casa colorada".

El Historiador Manuel Terán Lira, recuerda su paso por el Museo de La Casa Colorada.
Fundó el que fuera el museo de la Revolución más pequeño del mundo.
Brenda Valdez
Torreón, Coahuila /

Recordado por muchos gracias a su frase: ¡Ánimo lagunero!, el Historiador Manuel Terán Lira, aún mantiene en su memoria los buenos años de su vida y su paso por el Museo de la Revolución, en "La casa colorada".

A la entrada de la ciudad, justo enfrente de donde estaba ubicado el monumento al Torreón, se encuentra una pequeña estructura, no mide más de 10 metros de largo y en su tiempo fungió como la compuerta del Canal del Coyote, cuando el canal se secó y fue tapado por la modernidad, el lugar quedó abandonado, hasta que el doctor se fijó en ella.

Terán Lira, sabía que ese inmueble era de valor histórico, pues en el libro "Tropa Vieja", que narra parte de la Revolución Mexicana, mencionan el lugar bajo el nombre de "La casa colorada", un punto muy importante en aquella época, fue por esto que le nació la inquietud de aprovechar el espacio.[OBJECT]

Luego de varias gestiones, gracias al apoyo de la ciudadanía y de donaciones, se fundó el que fuera el museo más pequeño del mundo, el museo de la revolución, en donde se exhibían más de 500 piezas entre las que se encontraban: rifles, monedas, documentos firmados por Francisco Villa y ropa de la época de la Revolución, entre otros.

El museo de ''La casa colorada'' fue cerrada al público y con él, el proyecto de crear un busto de Pancho Villa, a base de monedas antiguas.

"En su tiempo yo anduve en todos lados pidiendo que nos regalaran monedas antiguas para formar el busto del general villa, 'Monedaaaaas, monedas viejas que tengaaaan' era lo que gritabamos por las calles y mucha gente sí donó, aun tengo yo las cubetas con monedas, pero nunca se llegó a nada, no respondió bien la autoridad", señaló.

Al cerrar el museo, le pidieron que hiciera en el lugar un museo del agua, a lo que él se negó.

"Me dijo el director de Conagua que ya quería que quitara eso y que hiciera un museo del agua, pero no, le digo 'es que del agua yo no sé nada, sé de la Revolución y aquí es algo histórico', y ya le platiqué a grandes rasgos, le dije que hay libros y novelas que nombran la casa colorada, pero pues no".

Durante años mantuvo un programa de televisión, del cual se retiró hace tiempo.

Hoy a sus casi 90 años aún sale a correr en las mañanas por su querida comarca lagunera y comenta que al verlo pasar la gente le grita "ánimo lagunero, a rajarse a su rancho", frase que señala viene desde tiempos de la Revolución y que ya no sabe si se la gritan porque "me ven ponchado o por recordarla de la tele".

Ahora que la estación del metrobus se está construyendo el doctor espera que lo histórico se rescate y no termine en el olvido, esperando que la época de la Revolución sea retomada al ser una parte tan importante de la historia de Torreón.



LMG

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