Maquillarse es el único tiempo de aparente calma que Arturo Junior tiene antes de convertirse en Andrómeda Dugay, su alter ego femenino. Después de casi dos horas y media, lo único que escuchará son gritos, aplausos y el eco de los tacones sobre el escenario.
Dos de sus amigos llegan a su cuarto en el transcurso de la noche para ayudarle a colocarse la peluca “güera”, acomodar sus mallas y afinar detalles de su maquillaje como el contour y la sombra de sus ojos, mientras a la par escuchan canciones de Hillary Duff.
Andrómeda Dugay, al igual que otros alter egos laguneros, son parte del primer reality show Drag Queen de Torreón, “Drag School”, el cual apenas lleva un par de semanas poniendo a prueba la habilidad de sus participantes para maquillarse y posar frente a la cámara, todo mientras Miss Fierce lanza críticas, consejos y uno que otro comentario mordaz.
El arte Drag Queen ha recobrado brillo gracias a la apertura de los espacios públicos a la comunidad LGBTI en México y el mundo.
En Torreón, a pesar de sólo contar con un par de bares de “ambiente” a lo largo de los años, ha encontrado su plataforma a través de esfuerzos independientes que conjugan habilidades de baile performance, maquillaje y corte y confección.
Arturo Junior moldeó la estética y propuesta de Andrómeda Dugay en los íconos del pop que conquistaron el mundo en los albores del nuevo milenio. Sin embargo, sobre el escenario le imprime una crítica que en sus palabras se traduce a “cuando una chava fresa de la IBERO va a protestar a la Plaza Mayor”.
Anteriormente, Arturo Junior realizó la actividad Charlas sin Etiquetas, un foro que periódicamente concentra voces y talentos de la comunidad LGBTI de la región.
“Siempre había tenido muchas ganas de experimentarlo, desde hace mucho era seguidor del reality Ru Paul’s Drag Race y este tipo de programas. Mi amiga Stupidrag hizo una actividad para quienes nunca habían hecho drag y aunque yo estaba interesado también conocía la discriminación que existe en algunos lugares. Luego Mario Aspland, quien es conocido como Miss Fierce, me insistió en que lo intentara y fue él quien me dio el empujoncito que necesitaba”.
Sobrenombres o burlas por etiquetas de gay o afeminado, fueron varias limitantes que venció hace casi dos años cuando creó a Andrómeda, “a mí me encanta contar historias y darme a conocer a través de mensajes, como lo puedo hacer con el Drag político”.
A pesar de haber sufrido discriminación a lo largo de su vida y de pasar batallas junto a su familia para combatir la discriminación, fue su mamá quien estuvo alentándolo en primera fila durante su primer performance.
“Fui rompiendo mis prejuicios porque comencé a ponerme a prueba y a dejar de tener miedo a lo que dirían de mí. Siento que Andrómeda es una explosión de mi personalidad”.
En diciembre de 2019, tras años de haber salido del clóset y llevar un proceso de conexión, su papá lo vio por primera vez sobre el escenario y lo único que pudo decir fue: “estás bien pinche grandota”. Fue en ese momento que sintió un peso menos de encima.
CALE