Carolina cuenta que apenas el martes comenzó con malestar general en el cuerpo. En su familia inmediatamente pensaron que era covid-19 ya que presentó temperatura de 39.7 grados, un dolor de cabeza a la altura de los ojos y manchas rojas en la piel, alertó a su médico, quien le solicitó análisis clínicos para descartar dengue y resultó positivo.
Narra que se siente mal, pero a su malestar físico le tiene que agregar la preocupación, por que dice, los hospitales se encuentran llenos y teme que eso podría significar una fuente de contagio de coronavirus o hasta influenza.
“El martes pasado comencé a sentirme muy mal. Terrible. Me dio temperatura, casi llegué a los 40. El cuerpo lo sentía como cuando dicen cortado, en la espalda, la columna con dolores terribles y atrás de los ojos había un dolor insoportable. La temperatura por ratos disminuye pero luego se incrementa”, afirmó.
“La verdad en mi familia pensábamos que yo tenía covid-19 y pues claro eso preocupó a todos”.
Con 26 años y deportista señala que no es una persona que constantemente se enferme, sin embargo, el dengue si “le ha pegado” fuerte y es algo que no lo desea a nadie.
Desconoce cuál sería la fuente de contagio, aunque asegura que en su casa recientemente fumigaron y no sabe si fue en su trabajo o en el trayecto a su carro, no tiene muy claro el dato.
“Hoy fui al Seguro Social, por eso de la incapacidad, el lunes me dieron otra cita y me dijeron que estuviera monitoreándome ya que podría convertirse en dengue hemorrágico”, afirmó.
“La verdad es que, en mi familia solo yo tengo dengue, ni mi mamá, ni mi hermano ni mis padres o abuela, dentro de todo es bueno eso y que afortunados ya que son síntomas terribles”.
El doctor le recomendó reposar lo que más pueda y en este momento solo comparte que le sorprendió resultar positiva, por lo que recomienda que se tomen precauciones necesarias, ya que como ella dice es "cliente de los moscos".
En este momento, el único tratamiento que le dieron es tomar paracetamol para que le disminuyan las altas temperaturas que se le presentan por ratos.
"Si así me siento yo de mal que soy adulto, no quiero ni imaginar lo que le puede hacer a un adulto mayor o a un niño", concluyó.
AARP