A sus 83 años de edad, Julio Limones Gallegos es vigilante y guía oficial del Área Natural Protegida del Parque Estatal “Cañón de Fernández”, originario del ejido Graseros en donde ha permanecido toda su vida, conoce como la palma de su mano la zona.
Asegura que durante el tiempo que tiene protegiendo el área, ha aprendido que el peor enemigo de la naturaleza es el hombre.
Luego del incendio suscitado el pasado viernes, 'Don Julio' como lo conocen los pobladores, recordó que hace aproximadamente diez años, en el Área Natural Protegida del Parque Estatal Cañón de Fernández, se suscitó un incendio muy fuerte, el cual empezó con un huracán, con rachas de viento a gran velocidad que inclusive ocasionaron el cierre de caminos.
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Era domingo, dice, y hubo turistas que no pudieron salir de la zona.
En esa ocasión fueron alrededor de 3 hectáreas que se calcinaron, y aunque en el reciente incendio lo que se afectó fue menos de una hectárea, para el vigilante, es grave por la importancia que representa para el medio ambiente al considerar la pérdida de vegetación y fauna.
“Nacido y criado aquí”, resalta con orgullo después de dar sus particulares, señala que desde hace tres décadas, se encarga de vigilar el área del Cañón de Fernández, además de ser guía turística, y coordinador para atender cualquier incendio.
“Estoy orgulloso de trabajar para las oficinas oficiales”, lo menciona después de enseñar su gafete que avala como presidente del Comité de Vigilancia por la SRNyMA del Estado de Durango.
Como coordinador de incendio, fue entre los primeros que supo del siniestro del pasado viernes, en ese momento se encontraba a una distancia de un kilómetro y medio, desde ahí observaba un escenario alarmante debido a las llamas que parecían estar arriba del cerro.
Posteriormente se comunicó con integrantes de Pro Defensa del Nazas, principalmente con Francisco Valdés Perezgasga, quien a su vez informó a las autoridades correspondientes como el Administrador del Área Natural Protegida (ANP), Eduardo Escobedo, así como con Raúl Villegas subsecretario de Recursos Naturales y Medio Ambiente del Estado, en La Laguna de Durango.
“El Cañón de Fernández, para mi representa una cosa muy grande”, agrega mientras observa como elementos de la Comisión Nacional Forestal (CONAFOR), derrama sobre el sabino calcinado de aproximadamente 700 años los últimos chorros de agua para terminar de apagarlo.
Aprovechando que estaban los elementos de la dependencia federal, 'Don Julio' les solicitó que le cedieran una identificación, esto con la finalidad de no tener problemas en caso de que haya un incendio en un terreno de propiedad privada.
“Con una identificación oficial, si tengo acceso, eso es lo que me hace falta”, enfatizó.
Como ejidatario de Graseros, en donde estima hay una población de dos mil habitantes, ve con tristeza como aún falta mayor apoyo para fortalecer la protección del Área Natural Protegida del Parque Estatal, mientras que los seres humanos “nos sentimos más que la naturaleza, pensamos que es de nosotros sin embargo no es cierto, nosotros somos parte de la naturaleza, es nuestra hermana, así como viene de la tierra, nosotros también”.
Su principal labor como vigilante es concientizar a los visitantes, acciones que dijo continuará haciendo con amor y por muchos años más, pues aún se siente con fuerza para continuar protegiendo al Cañón de Fernández.