Abre la puerta del taxi y se apoya en las muletas para subir las piernas. Con una mano se toma de la puerta y se acomoda en el asiento, luego, coloca los apoyos a un lado de la manija. Cuenta con todos los insumos para atender las medidas decretadas por la Jornada Nacional de Sana Distancia: gel antibaterial y papel.
Este es el ritual de todos los días para Efraín Gómez, un padre de familia que ahora tripula un taxi para sacar adelante a los suyos. Ha formado parte de diversos gobiernos, siempre en la gestión para personas con discapacidad.
Sabe que por la contingencia sanitaria se necesita el apoyo para los médicos y equipo de enfermería, por eso hace base a las afueras de la Clínica de Unidad Familiar 49 en la salida a la carretera a El Mezquital, al sur de la ciudad de Durango.
Este nuevo giro en la vida se dio porque no es de la idea de que se les entreguen apoyos o sean dependientes del gobierno, sino que los ayuden a ser independientes y así, por medio de la Secretaría General, comenzó a operar un taxi junto con otros cinco compañeros con limitaciones motrices que se dedican ahora al volante.
Desde temprana edad sufre discapacidad, está acostumbrado a sacar fuerzas más que cualquier persona y ahora en esta nueva etapa, mantiene su vocación de servicios, porque también transporta a personas en sus mismas condiciones.
Poniendo el ejemplo, muestra cómo se debe de conducir un taxi con personas que requieren de apoyo, tales como ancianos o discapacitados y espera fomentar la cultura vial y cívica para este sector de la población.
AARP